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Voluntad para resolver

quiterio1Manuel Quiterio Cedeño    

PUNTA CANA. Querer es poder. Durante años la Asociación de Hoteles del Este que preside Ernesto Veloz, y los empresarios del transporte que dirige Manolo Ramírez, periodistas y la prensa local y nacional reclamaron atención para las destartaladas vías de comunicación de la zona turística de Higüey.
Algunas de estas carreteras tienen más de 50 años y las más nuevas son caminos vecinales de la zona, acondicionados y asfaltados en los años 80 y los 90.
Es decir, vías muy antiguas o inadecuadas sin las características técnicas para soportar el movimiento vehicular de una región que tiene más de 30 mil habitaciones hoteleras, el principal aeropuerto turístico del Caribe, una población fija de más 30 mil habitantes y más de 3 mil apartamentos y villas turísticos, y sigue creciendo.
Para crear una situación grave, por falta de mantenimiento, estaban en condiciones penosas, haciendo caótico y peligroso el tránsito.
Situación vergonzosa y trato inaceptable para la zona que se estima aporta más del 10% del PBI y es la principal región turística del Caribe insular.
En enero del 2008 las organizaciones representativas de Higüey dirigieron una carta pública al presidente Fernández, exigiendo atención del Gobierno. Como no hubo respuesta, se hicieron dos huelgas y se declaró al secretario de Turismo de la época “persona no grata”.
Utilizando las estadísticas policiales, demostré en un artículo que en esta zona se registra la mayor frecuencia de accidentes automovilísticos de las provincias del Este, y las bauticé como “carreteras de la muerte”.
Para la Secretaría de Obras Públicas este no era un asunto de interés nacional. Gasta mucho, pero nunca tiene para atender este problema; y tanpoco alcanzaban para esto los fondos de la Secretaría de Turismo para infraestructura turística, de los cuales esta región aporta más del 55%.
Es de vacas flacas. El Gobierno tiene menos recursos y el flujo turístico ha decrecido y esto reduce los ingresos para infraestructuras.
Pero como ahora existe la voluntad de atender este problema, la Secretaría de Turismo ordenó la reparación de las principales carreteras de acceso a Punta Cana.
Lo están haciendo. Ya transitar por ellas no es ir de hoyo en hoyo destruyendo los neumáticos y el vehículo.
Faltan hoyos por tapar y queda el compromiso de mantener las vías reparadas como Dios manda. Cierto es que Turismo no es Obras Públicas, pero en lo que descansa el palo, ya no es tortura china conducir el auto hasta Punta Cana.

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