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Obama expresa a la UE su oposición a nueva tasa para emisiones de aviación

El presidente de EE.UU., Barack Obama, expresó a los líderes europeos su preocupación por la próxima entrada en vigor de la tasa que las aerolíneas con origen o destino en la Unión Europea (UE) deberán pagar por sus emisiones de CO2. “El presidente Obama dejó claro en el encuentro de esta mañana que estamos bastante preocupados por esta nueva legislación”, dijo el embajador de Estados Unidos en la UE, William E. Kennard, en una conferencia de prensa posterior a la cumbre anual EEUU-UE, celebrada ayer en la Casa Blanca.
El próximo 1 de enero de 2012 entrará en vigor la legislación adoptada por la UE en 2008 para incluir la aviación en el sistema comunitario de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés), que obligará a toda aerolínea que pase por su territorio a pagar por cada tonelada de CO2 emitida. “Nuestra opinión es que la mejor vía para implementar algo así es la multilateral, pero la UE ha decidido no actuar de esa manera, y ha aprobado legislación al respecto.
Estamos bastante preocupados y nos gustaría ver una solución a este asunto”, reiteró Kennard. Por su parte, el embajador de la UE en Estados Unidos, João Vale de Almeida, aseguró que Bruselas “no se opone a una solución multilateral” al asunto, pero ha esperado “demasiado tiempo” a que se produzca. “Estuvimos esperando durante 15 años a que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) llegara a algún tipo de acuerdo en ello, y finalmente decidimos actuar”, indicó.
En Estados Unidos, la Cámara de Representantes mostró en octubre su rotundo rechazo a la medida al aprobar un proyecto de ley que prohíbe a las compañías estadounidenses cumplir con el pago de la tasa europea. El embajador estadounidense matizó además las declaraciones de Obama tras la cumbre, en las que expresó el compromiso de su país a cumplir con su parte para resolver la crisis de la deuda en la eurozona.
Ese compromiso no significa que Estados Unidos tenga previsto, por el momento, incrementar los fondos que otorga a la UE, ni en el plano bilateral ni dentro del Fondo Monetario Internacional (FMI), precisó Kennard. “No hubo ninguna conversación sobre la posibilidad de que Estados Unidos aumente su compromiso con el FMI, ni respecto a cualquier otra colaboración financiera con la UE en su búsqueda de soluciones a la crisis”, aseguró.
En la cumbre de ayer, las dos potencias acordaron crear un grupo de trabajo de alto nivel sobre Empleos y Crecimiento, que estará dirigido por el representante estadounidense para el Comercio Exterior, Ron Kirk, y el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht. El grupo de trabajo tiene el cometido de idear “formas creativas” para estimular los estancados mercados de trabajo, explicó Kennard. Para ello, mantendrá “todas las opciones sobre la mesa”, incluida la posibilidad de desarrollar un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la UE, reconoció.
El Gobierno de Obama insiste en que los acuerdos comerciales pueden traducirse en una apertura del mercado que a su vez estimule la creación de empleo, lo que explicaría que los líderes vuelvan a poner sobre la mesa esa idea, frustrada en todos los intentos anteriores.

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