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Hablemos del mercado turístico chino

El turismo es una de las actividades en las que el Gobierno de Danilo Medina tiene buena nota. La llegada de turistas ha mantenido un notable ritmo de crecimiento, tenemos un largo período de buena ocupación hotelera, se reactivó la construcción de nuevas habitaciones y la remodelación de muchas ya cansadas, y el único motivo de preocupación es la invasión de los sargazos, un fenómeno de la naturaleza, que con empeño puede mitigarse y evitar que cause daños mayores.

Avanzamos en meta de los 10 millones de turistas, en 10 años, pero hace falta acelerar el paso, para lo cual es necesario mirar hacia los mercados en expansión, y una opción prometedora es China.

No es tarea fácil. Se requieren ajustes y acciones agresivas para crear las condiciones para traer un volumen importante de chinos. Por ejemplo, debemos disponer de suficientes personas con el dominio del idioma mandarín, tener mayor comprensión de la cultura de su mercado turístico y obtener el estatus de “destino aprobado”, imprescindible para que sus turoperadores puedan vender el país.

China tiene dimensiones fantásticas. Yo lo llamo “mundo mágico”, pero puede ser penetrado porque es un mercado ansioso de novedades, en el cual crece en proporciones gigantescas la curiosidad por el mundo exterior, y el incremento de la clase media y media alta, con ingresos para costear viajes al extranjero, se mide en millones anuales.

El año pasado 117 millones de chinos viajaron al extranjero para convertirse en el principal mercado emisor, y gastaron US$164 billones. Hace una década China no era un jugador de tal calibre. En el 2002 hicieron turismo sólo 16 millones que gastaron US$15 mil millones.

En el 2013 viajaron 88 millones que gastaron US$128 billones, según la Organización Mundial del Turismo. El crecimiento de los viajes y el gasto es de dos cifras año tras año.

Nuestro país no tiene relaciones diplomáticas con China, pero ya está en la puerta, que es el intercambio de oficinas comerciales, las nuestra, dirigida por Rosa Ng, dominicana hija de emigrantes chinos, que ha mostrado ser una activa y hábil diplomática. Además, nos hemos convertido en uno de los mejores clientes caribeños de la industria china. Es un buen comienzo.

¿Podremos despertar el interés de los chinos? Creo que sí. Esa pregunta se hizo en los años 70 sobre los alemanes y lo logramos. El mercado chino es más difícil, pero es posible.

Cuando CICOM incluyó el mandarín en su portal de información turística ni sospechábamos que superaríamos en breve tiempo las 20 mil visitas diarias promedio.

El Ministerio de Economía y Planificación, bajo la tutela de Temístocles Montas, monta para septiembre próximo una feria comercial china. Será un buen momento para hablar de turismo.

Manuel Quiterio Cedeño

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