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Una prueba de que se puede

En mi artículo de este viernes tenía previsto para escribir sobre el desalentador paisaje político de estos días y advertir sobre el riesgo de seguir desarticulando el sistema político y las nefastas consecuencias de crear un vacío que nadie sabe cómo se llenaría.

Pero ayer tuve la dicha de asistir a la 49 Asamblea Anual de PROFAMILIA y encontrar en ella el aliento que ofrece el comprobar que sin importar el desencanto que aporta la corrupción, mucha gente sigue entregada a la tarea de construir esperanzas y mostrarnos que quedan energías y otros caminos para construir un país mejor.

Las seis clínicas que componen la red de PROFAMILIA son en sentido general pequeños establecimientos en comparación con los grandes hospitales públicos y las reconocidas clínicas privadas. Sin embargo, la calidad de sus servicios es envidiable y está en primer lugar en el sistema de salud. Las encuestas de satisfacción explican el crecimiento que se reporta cada ano.

En el 2014 el servicio materno infantil atendió más de 231 mil casos, principalmente 86 mil de ginecología, 36 mil consultas pediátricas y 29 mil papanicolou.

En conjunto, se atendieron en promedio 19 mil casos cada mes y 110 cada hora laborable. Se realizaron 97,985 consultas y procedimientos de diferentes especialidades médicas (cardiología, gastroenterología, medicina interna, y otros). En total se atendieron 160 mil usuarias y usuarios durante el 2014, un incremento del 24% en comparación con las 121 mil del 2013.

Las clínicas en general, tienen infraestructuras modestas adecuados a la realidad de un país pobre, pero con suficiente confort para atender con esmero a quienes las llenas cada día, y cuentan con tecnología moderna.

Por ejemplo, la historia clínica de las personas es digital, actualizado y está disponible en la red de la institución para todo el personal médico en todas las clínicas.

Los servicios no son gratuitos, pero se cobran precios razonables con los que se generan suficientes ingresos para sostener el programa clínico de PROFAMILIA, que utiliza las donaciones para mantener programas gratuitos.

Por ejemplo, el año pasado se atendieron 1.083 personas viviendo con SIDA, se creó el Equipo Médico Barrial que opera en 15 comunidades urbanas marginales de la zona norte de Santo Domingo que en sus primeros siete meses ofreció 4,679 servicios, existe un programa de servicios en unidades móviles y se ofrecieron 2,717 servicios clínicos gratuitos a 5,655 personas viviendo bajo la línea de pobreza.

Estos datos ofrecen una limitada idea de la magnitud de los servicios clínicos de PROFAMILIA en los cuales se invirtieron apenas RD$371 millones. Esto demuestra que el presupuesto del Ministerio de Salud y de la Seguridad Social, es suficiente para revolucionar los servicios de salud. ¡Gracias PROFAMILIA por crear esperanzas!

Manuel Quiterio Cedeño

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