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Solemne disparate en SFM

Manuel Quiterio Cedeño

Nada nos debe extrañar en materia de obras públicas viviendo en un país en que se construye un puente que no conduce a ninguna parte, un canal por el que no corría agua y un aeropuerto con una pista espectacular al que no llegaban aviones.
Pero aún así, lo del aeródromo de San Francisco de Macorís (SFM) es ya el colmo del absurdo.
¿Cuáles son las necesidades insatisfechas de transporte aéreo de carga y pasajeros de SFM? ¿Qué servicio ofrecería el nuevo aeropuerto que no pueda ser atendido en el de Santiago que funciona eficientemente a muy corta distancia de donde se pretende construir el nuevo?
Otras preguntas posiblemente sin respuestas: ¿SFM y esa región no tienen otras necesidades más apremiantes? ¿Tienen resueltas las demandas de educación, salud, energía, agua potable, vivienda social, financiamiento y asistencia técnica para la agricultura, apoyo financiero a la pequeña y mediana empresa, etc.?
¿No sería mejor utilizar los recursos disponibles para una red vial de primera calidad que comunique internamente la región y la acerque aún más a Santiago? Tengo la mitad del corazón en SFM y conozco un poquito a su gente, y sé que no tienen nada de tontos, por lo que es probable que detrás de la idea de una obra innecesaria, esconda un genial negocio para los constructores. No hace falta ser experto en este tema para saber que estamos ante un solmene disparate, porque SFM por el lado noroeste está bien servido por el Aeropuerto de Santiago, y por el flanco noreste, por el de Samaná.
Ambos están subutilizados (Santiago más de un 60% de su capacidad ociosa y Samaná, más de un 80%), y están en capacidad de atender hasta el 2020 el aumento de la demanda por el crecimiento económico y después serían ampliados; y con una buena carretera de montaña, que hace mucha falta, está a tiro de hit el de Puerto Plata, que ahora debe tener alrededor del 50% de su capacidad disponible.
El año pasado llegaron por Santiago 357 mil pasajeros, de los cuales sólo 52 mil residían en el país; y por Samaná vinieron 45 mil, y apenas 158 eran residentes.
Como en SFM no existe turismo ¿cuántos residentes llegarán por allí que no puedan hacerlo por Santiago? Sin lugar a dudas, mi ex alumno y amigo Arístides Fernández, El Chato, tiene muchas preguntas pendientes por responder, y si acaso tiene respuestas lógicas y bien fundamentadas para ellas, debe darlas cuanto antes. Queda mucho por decir.

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