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Juan Lladó señala importancia de las excursiones de los hoteles

Al presentar las facetas del país que no se consiguen en el hotel, las excursiones completan una imagen más amplia y rica para los recuerdos, asegura el consultor Juan Lladó en un amplio artículo publicado hoy en Listín Diario. Las excursiones son la principal oferta complementaria, sostiene.

El paquete vacacional “todo incluido” predominante en nuestros resorts no impide que muchos turistas salgan del hotel en excursiones.

Esto, sostiene Lladó, beneficia al hotelero porque así no consumen las bebidas, comidas y otros servicios ya pagados.

También beneficia a los proveedores de las excursiones, casi siempre locales.

Pero tan importante es la derrama económica que producen como la imagen que del país deriven los excursionistas.

Si queremos que regresen, el reto será conseguir que esa imagen produzca mayor satisfacción.

A su juicio, las excursiones completan una imagen más amplia y rica para los recuerdos de los turistas extranjeros. Los más inclinados a hacerlas son probablemente los turistas que nos visitan por primera vez.

Ellos pueden presumirse como los más activos y, por tanto, los más prestos a contar su historia a amigos y parientes al regresar a su país.

También serían los más dispuestos a volver sin el “todo incluido”.

De ahí que las excursiones deben mirarse como un alicate de la promoción turística y un aliciente para los touroperadores internacionales.

Ellas son nuestra principal “oferta complementaria”. Lideradas casi siempre por guías, los turistas participan de ellas para conocer algún atractivo, realizar alguna actividad específica o pasearse por nuestra geografía.

Las que se hacen desde los diferentes polos turísticos tienen un itinerario predeterminado y una duración de menos de 8 horas.

Usan autobuses, camionetas y camiones (adaptados para esos fines), carros, motores, buggies, lanchas, catamaranes, etc. de diferentes tipos. A la mayoría de los excursionistas se le recoge en el hotel y se le regresa al finalizar la excursión.

No se conoce ni el volumen de excursionistas ni los ingresos derivados, afirma el consultor privado.

Pero se pueden hacer estimados gruesos rápidamente. Si a la Isla Saona, por ejemplo, la visitan anualmente unos 400,000 turistas extranjeros, a Los Haitises 120,000, Jarabacoa unos 80,000, y si unos 50,000 avistan las ballenas de Samaná se podría concluir que aproximadamente unos 800,000 hacen excursiones en el año.

Eso permite estimar en un 17-20% del total de los extranjeros llegados en el 2013 por vía aérea (4,064,754), sin contar los dominicanos no residentes que visitan al país (625,016).

Lladó señala que son muchos los reportes que señalan la escasez de “oferta complementaria” como el principal problema que ven los touroperadores internacionales en nuestro destino. Se puede inferir entonces que las excursiones existentes estén satisfaciendo a esos cruciales intermediarios.

El país tiene el reto de multiplicarlas y mejorarlas y para eso debe mediar un esfuerzo de poner en valor atractivos no explotados.

Según los reportes informales de los proveedores de excursiones, la más popular a nivel nacional es la del Jeep Safari ($90). Esta consiste en un paseo del día entero por la campiña dominicana, con un almuerzo en algún “rancho” y algún paseo entre cafetales, cañaverales o cacaotales.

En Punta Cana le siguen las excursiones a Saona ($95), al Marinarium y a Santo Domingo, mientras en Puerto Plata son muy populares las de Ocean World, Playa Grande y el City Tour.

Pero la gama de excursiones incluye actividades poco conocidas para los dominicanos. Entre las marinas se ofertan toboganes, catamaranes con fondo de cristal y plataformas flotantes para nados con delfines, mantarrayas y leones marinos, además de la opción de recibir tratamientos de spa en medio del mar.

l avistamiento de las ballenas a principios de año es talvez la excursión marina mas solicitada.

Otras excursiones incluyen los paseos en helicóptero ($85 por 15 minutos), los “zip lines” de aventura, las visitas a cuevas (Fun Fun, Maravillas), las caminatas ecológicas, las subidas a los picos Duarte y Diego de Ocampo, el “rafting”, “canyoning”, y “trekking” en algunos sitios montañosos del interior, los monumentos nacionales mejor conocidos, el Lago Enriquillo y el avistamiento de aves en Elías Pina.

La excursión conocida como “Cachondeo Caribeño” implica montar a caballo, hacer “snorkel”, un buffet caribeño y muchas bebidas nacionales.

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