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RD sigue siendo el mayor receptor de IED en el Caribe

Mapa RDLa República Dominicana continua siendo el mayor receptor de Inversión Extranjera Directa (IED) en la región del Caribe, con un 37%, seguida por Trinidad y Tabago, con el 23% de las entradas totales, según el informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe, 2015”, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

En 2014, el país recibió US$2,209 millones de inversión extranjera directa.

“La IED recibida alcanzó un máximo histórico de más de 3.000 millones de dólares en 2012, cuando se adquirió la mayor empresa cervecera del país por 1.200 millones de dólares. Las entradas casi alcanzaron los 2.000 millones de dólares en 2013 y aumentaron un 11% en 2014”, indica.

Destaca el informe que “de entre las economías del Caribe, las entradas de IED recibidas por la República Dominicana son las más equilibradas en cuanto a su distribución entre recursos naturales, manufacturas, turismo y otros servicios”.

Asegura que todos los sectores están abiertos a la IED y que hay una fuerte presencia de empresas transnacionales en la mayoría de ellos, con las excepciones parciales de los servicios financieros y la agricultura.

Y argumentas que en muchas de las otras economías la IED suele concentrarse más claramente en un sector particular y pone como ejemplo el caso de Bahamas y de los países miembros de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), que va dirigida al sector turístico.

Añade que el caso de Guyana, Suriname y Trinidad y Tabago se destina principalmente a los recursos naturales.

Indica que en 2014, la mayoría de la IED recibida por Haití y Jamaica correspondió al transporte y las telecomunicaciones, “como consecuencia de significativas inversiones en la ampliación de los servicios de telecomunicaciones”.

La CEPAl destaca que el sector turístico es clave y atrae la mayor parte de la inversión en muchos países del Caribe.

“El impacto transformador de esta industria se ve restringido por la limitada capacidad de muchas economías de proporcionar los insumos que requiere la cadena de valor del turismo”, indica.
Considera que para afrontar esta limitación, los gobiernos de la región deberían fomentar las inversiones internas en los servicios secundarios, así como en la agricultura y las manufacturas a pequeña escala, con objeto de incrementar el efecto de difusión desde el sector turístico.

Advierte que los países del Caribe también deberían permanecer vigilantes con respecto al rápido crecimiento de las cifras de turistas que viajan a otras regiones, “ya que podría provocar que algunos ambiciosos planes de expansión carecieran del mercado necesario para ser viables”.

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