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Orizonia se plantea culpar a Globalia de su quiebra

Con el argumento de que Globalia “incumplió” el acuerdo de compra que firmó en diciembre pasado, lo que obligó a Orizonia a declararse en preconcurso de acreedores, los directivos de esta última compañía y del fondo de capital riesgo Carlyle, parecen estar valorando el inicio de una demanda formal contra el grupo de Juan José Hidalgo, que ha respondido a su vez que no acepta esa acusación.

Aunque la decisión no se ha informado en firme, ha trascendido a través de fuentes cercanas a Orizonia que cita el diario español El Economista y que aducen que, según los demandantes, Globalia habría faltado a su palabra de “no dejarles caer” y “debe asumir su responsabilidad en la quiebra del grupo”.

Caribbean News Digital refiere que la otra compañía recordó que en diciembre, al darse el acuerdo con vistas a la compra, realizó un pago de 15 millones de euros, y se había comprometido a inyectar otros 45 millones una vez que la Comisión de la Competencia diera el visto bueno a la operación, algo que no ha sucedido, porque esta ultima anunció que retrasaba el proceso para realizar un análisis más fondo.

Como todas las partes, intentando quitarse culpa en las circunstancias que han llevado a la caída de uno de los grandes del turismo español, los representantes de la competencia refieren en este punto que el grupo de Hidalgo se retrasó en los plazos para entregar la documentación de la fusión y podría haber solicitado el levantamiento de la suspensión para ponerse al frente de Orizonia, hasta que terminara el proceso de análisis y se diera el veredicto final.
Sin embargo, desde Globalia aseguran que todos los plazos se cumplieron al pie de la letra y que no quisieron arriesgarse a inyectar más recursos en Orizonia porque la comisión nunca se comprometió a aprobar la operación una vez que terminara su estudio.
De darse esta demanda, y según estima el diario, a ella podrían sumarse los 28 bancos acreedores de Orizonia, que estarían acusando a Globalia “por no asumir la deuda de 80 millones pactada tras firmar una quita del 87%”.

Lo curioso es que para los trabajadores de Orizonia, principales afectados por el desmantelamiento de la compañía, y para muchas fuentes especializadas del sector turístico que han emitido declaraciones en estos días, queda claro que Globalia no hizo más que “lo lógico” dada la coyuntura de retraso y dudas en un proceso que sí resultaba crucial para la supervivencia del otro grupo.

De hecho, durante todo el pasado fin de semana los empleados protestaron no sólo contra un ERE que afectará a más de 3 mil familias, sino también porque el grupo Carlyle y los directivos de Orizonia, a los que señalan como principales responsables de su situación y de la quiebra del grupo, respondan por sus fallidas actuaciones.

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