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OMS da a conocer orientaciones para personas infectadas por tuberculosis

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer nuevas orientaciones para impedir que las personas infectadas por la tuberculosis (TB) desarrollen la enfermedad frente a la amenaza del Covid-19.

La OMS publicó la siguiente declaración al celebrarse el Día Mundial de la Tuberculosis 2020.

Las nuevas orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ayudarán a acelerar los esfuerzos de los países para impedir que las personas infectadas por la tuberculosis (TB) desarrollen la enfermedad, gracias a la administración de un tratamiento preventivo.

Se estima que una cuarta parte de la población mundial está infectada por el bacilo de la TB. Estas personas no están enfermas ni son contagiosas. Sin embargo, corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de la TB, especialmente aquellas que tienen un sistema inmunitario debilitado. Ofrecerles un tratamiento preventivo frente a la TB no solo servirá para protegerlas de la enfermedad, sino que también reducirá el riesgo de transmisión comunitaria.

Al celebrarse el Día Mundial de la Tuberculosis 2020, esta sigue siendo la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo. En 2018, 10 millones de personas enfermaron de TB en todo el mundo y 1,5 millones de personas perdieron la vida a causa de esta enfermedad.

«La COVID-19 está demostrando hasta qué punto pueden ser vulnerables las personas con enfermedades pulmonares y sistemas inmunitarios debilitados», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS. «El mundo se ha comprometido a acabar con la TB para 2030; mejorar la prevención es la clave para que esto ocurra. Es necesario que millones de personas puedan recibir tratamiento preventivo contra la TB para detener la aparición de la enfermedad, evitar sufrimientos y salvar vidas.»

El Dr. Tedros destacó la importancia de dar continuidad a los esfuerzos relacionados con problemas de salud de larga data, como la TB, durante brotes de alcance mundial como el causado por la COVID-19. Al mismo tiempo, los programas ya existentes para combatir la TB y otras enfermedades infecciosas importantes pueden aprovecharse para mejorar la eficacia y la rapidez de la respuesta a la COVID-19.

Aunque se han realizado algunos avances hacia el logro de los objetivos que se fijaron en la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la TB, celebrada en 2018, se ha prestado poca atención al tratamiento preventivo de la TB. Los dirigentes mundiales se comprometieron a garantizar el acceso al tratamiento preventivo de la TB, para el año 2022, a un mínimo de 24 millones de contactos de personas con TB activa y a 6 millones de personas con VIH. Hasta la fecha solo se ha alcanzado una mínima parte de esa meta: en 2018 los países habían administrado el tratamiento preventivo de la TB a menos de 430 000 contactos y a 1,8 millones de personas.

La TB sigue siendo la principal causa de muerte entre las personas con VIH. El tratamiento preventivo de la TB actúa de forma sinérgica con la terapia antirretroviral para prevenir la TB y salvar vidas. Gobiernos, servicios de salud, asociados, donantes y sociedad civil deberán redoblar sus esfuerzos para aumentar el acceso al tratamiento preventivo de la TB hasta los niveles previstos.

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