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Los retos del periodismo enfocados al desarrollo turístico

Por Luis José Chávez

En el Estado  y en una buena parte de la sociedad dominicana, incluyendo los medios de comunicación,    no existe una adecuada comprensión sobre  la real  dimensión económica y social del turismo, a pesar de que  en la actualidad  este sector representa la principal fuente generadora de riqueza del país, tanto por  lo que aporta directamente, como por su capacidad de derrame sobre  otros sectores de la economía.
Esta realidad se acaba de poner de manifiesto, una vez más, en el proyecto de Presupuesto y Ley de Gasto Público del 2011, sometido por el Gobierno al Congreso en el que se  propone el 0.20 por ciento del monto total del presupuesto nacional a un sector  que representa el 25 por ciento del producto bruto interno de la República Dominicana. Una inversión verdaderamente pírrica para un  renglón  que genera cientos de miles de empleo de manera directa e indirecta, que influye  en otros  importantes sectores productivos y que además aporta al Gobierno  más de 4 mil millones de dólares en el pago de impuestos.
Es oportuno destacar que entre el año 2002 y el 2009, el porcentaje del presupuesto nacional  ejecutado por el Ministerio de Turismo se ha reducido de un 0.70 por ciento a un 0.20 por ciento, a pesar de que los ingresos generados por el sector en ese período pasaron de 2 mil 700  millones de dólares   a  4 mil millones.
El propio ministro de Turismo, Francisco Javier García,  quien ha logrado reorientar positivamente el rumbo de la política oficial de cara al sector, acaba de plantear  que la República Dominicana debe definirse como un país  turístico, reconociendo que aún no hemos asumido la visión y el compromiso que implica esa condición, tal como lo están haciendo otros países de la Región, incluyendo Puerto Rico, México, Jamaica, Panamá y Costa Rica.
A la luz de esa realidad fue que planteamos durante nuestra participación en la Cumbre Prensa y Turismo, celebrada del 19 al 21 de noviembre en Santiago, la necesidad de que los comunicadores hagamos un esfuerzo propio para tratar de entender la verdadera dimensión del sector turístico de la República Dominicana.
Existen muchos mitos y falsos prejuicios sobre el turismo que los periodistas hemos ayudado  a propagar,   sin detenernos a reflexionar  que tanta verdad o que tanta mentira encierran ciertas  afirmaciones tremendistas.
Por ejemplo: ¿Cuantas veces no repetimos los comunicadores, porque alguien lo  pregona, que el turismo es responsable de la pobreza, la arrabalización y la delincuencia que se genera  en el entorno de algunas  comunidades turísticas, sin hacer la salvedad de que esas aberraciones sociales no son un resultado particular  del turismo, sino de una condición qua ya existía con turismo o sin turismo?”.  Los que tenemos la responsabilidad de orientar a la sociedad deberíamos tener en claro que no es a los actores del turismo a quienes corresponde distribuir con sentido de equidad social y territorial los beneficios que recibe el Estado de esta actividad, ni necesariamente decidir o controlar el impacto que genera el desarrollo turístico desde el punto de vista social y urbanístico, sino al Gobierno Central y a las instituciones públicas competentes, incluyendo los gobiernos locales.
Esos mismos fenómenos también se suscitan en torno a otras actividades económicas, como  las zonas francas, la agricultura,  la minería y  la industria azucarera, sin que esos sectores sean estigmatizados por crear oportunidades que no existen en otras áreas y por reflejar al mismo tiempo los signos de la pobreza en una sociedad subdesarrollada.
Lo profesionalmente ético y lo socialmente justo es que los periodistas tratemos el tema turístico con sentido crítico pero  sin los prejuicios que históricamente han marcado  el  enfoque público de esta actividad. (25 de noviembre, 2010)

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