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La baja fiabilidad de la Policía afecta imagen del país como destino de inversión

La Policía ha tratado de vender la idea de que la criminalidad ha descendido y que problemática de la inseguridad ciudadana más que una realidad es el resultado de una errónea percepción de lo que ocurre en nuestras calles.

La edición de ayer del matutino El Día da el tiro de gracia a esa falacia al revelar algo aterrador: Más del 10% de la fuerza policial ha sido cancelada por delinquir.

Desde el 25 junio del 2014 más de 3,000 agentes han sido separados por participar en asaltos, muertes, narcotráfico “macuteo” e indisciplina. Parte de estos “separados” nunca llegaron a un tribunal y muchas veces son reenganchados.

Además del impacto de tal situación en la vida de los ciudadanos, que pagamos ese cuerpo, este estado de cosas comienza proyectar un ambiente que afecta nuestra imagen como destino de negocios e inversión.

En Foro Económico Mundial incluye la delincuencia y el crimen entre los factores que afectan la competitividad. El reporte de competitividad 2014-2015, señala la delincuencia y el robo como el séptimo factor negativo para hacer negocios aquí.

En la evaluación de los aspectos institucionales de la competitividad se incluye el costo del crimen y la violencia en los negocios y la fiabilidad de la Policía.

En el primero sacamos 3.3 puntos sobre 7, ocupando el lugar 121 en una lista de 144 países; y en el segundo bajamos más aún (2.6 de 7) para ir al lugar 124, apenas a 20 puestos del final del ranking.

En un artículo publicado el 2012 opiné que la Policía había colapsado y para respaldar la afirmación cité la Encuesta Nacional de Hogares 2011 (septiembre-diciembre) aplicada por el Gobierno a 18 mil hogares, que reveló que el 72% de las personas víctimas de algún tipo de acto delictivo no lo reportan a la Policía.

Ya para ese año en Santo Domingo sólo se sentían seguros el 29% de las personas, y en los 5 años previos al estudio el 22% de los hogares había sido víctima de algún acto de vandalismo contra su vehículo y el 25% de las personas había padecido un atraco, robo, agresión o amenaza.

El 8% de los residentes en la capital con 12 años o más fue víctima de un atraco en los 12 meses anteriores a la encuesta y sólo el 56% de las personas se sentían seguras en su hogar.

Desde el último cuatrimestre del 2011 no ha ocurrido nada que nos haga sospechar siquiera, que este panorama ha cambiado. Creo que los dominicanos estamos jugando con fuego.

Los ciudadanos por indiferencia y nuestros líderes por irresponsabilidad. Comencemos a pensar que llegó el tiempo de tomar ese toro por los cuernos.

Por Manuel Quiterio Cedeño

 

 

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