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Informe asegura invertir en Cuba es una apuesta de alto riesgo

Un reciente reporte de la firma de inversiones en bienes raíces JLL (Jones Lang LaSalle) sobre las oportunidades de negocio en Cuba sugiere prudencia a los inversores de Estados Unidos y concluye que el proceso de “integración con la isla, incluso si el embargo se levanta completamente, tomará décadas”.

“Lo que hemos determinado es que hay todavía mucho riesgo, no hay un sistema bancario sólido, la infraestructura física del país es un reto y al estar vigente el embargo, las compañías no están autorizadas a entrar en relaciones contractuales con el gobierno” como requieren las inversiones con capital mixto, explicó Steve Medwin, director general de la firma, en declaraciones a el Nuevo Herald .

“Hay muchos impedimentos en el camino. No queremos decir que no habrá oportunidades en el futuro pero ahora mismo hay tantas barreras que se trata más bien de ver y esperar a los cambios. Es como una espada de doble filo: hay oportunidades pero con un alto riesgo”, agregó.

El relajamiento de sanciones por la administración del presidente Barack Obama podría tener un impacto en el aumento del comercio con la isla, según indica el reporte publicado este mes, aunque para ver resultados significativos serían necesarios primero “planes de desarrollo y expansión económica”.

La posibilidad de exportar directamente a los pequeños empresarios privados en Cuba —como lo permiten ahora las nuevas regulaciones emitidas en enero— es evaluada como una “oportunidad marginal” de aumentar los volúmenes de comercio con la isla.

Los autores hacen notar las deficiencias de la infraestructura cubana, el escaso poder adquisitivo y el trato con el gobierno cubano como elementos adicionales que frenan la presencia estadounidense en la isla.

José Ferrer, abogado especializado en demandas comerciales y socio de la firma Bilzin Sumberg, con sede en Miami, coincide con la evaluación presentada en este reporte. Según Ferrer, no existen todavía las garantías legales necesarias para las inversiones. “Existe mucha oscuridad y ambigüedad sobre cuáles leyes se aplican, si es que existen, a salvaguardar las inversiones extranjeras en Cuba”.

“En este punto, tratar de producir lo que podría ser una estrategia segura para invertir en Cuba es realmente prematuro”, opinó, pues “aunque la normalización de relaciones con Cuba es muy simbólica desde el punto de vista político, nada se ha materializado aún”.

Aunque funcionarios cubanos han transmitido un mensaje de bienvenida a las inversiones estadounidenses, el gobierno de la isla no se ha pronunciado sobre muchos aspectos de las medidas anunciadas en enero, como las exportaciones directas a los negocios privados o el otorgamiento de permisos para los servicios de ferry.
“Ellos puedan estar diciendo eso, y puede que haya oportunidades, pero cuando se trata de una compañía que arriesga capital para una inversión, la gente quiere tener garantías razonables sobre sus ganancias. Lo que estamos diciendo a nuestros públicos es que no estamos viendo que sea una inversión sensata hoy, por todos los impedimentos que hay en el camino, aunque hay oportunidades”, señaló Medwin.

En ese sentido el informe de JLL identifica a las telecomunicaciones y la venta de materiales de construcción, como renglones en los que pueden existir posibilidades más inmediatas, “pero no es un país abierto con el cual hacer negocios”, insistió.

Recientemente, Jorge Pérez, director ejecutivo de la compañía constructora The Related Group, adelantó un juicio similar al comentar sobre las posibilidades para el turismo de lujo en Cuba, el cual en su opinión, podría desplazar a otros mercados en el Caribe, si las compañías de EEUU pudieran invertir en ese renglón.

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