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Guerra en Europa traería graves consecuencias para el turismo en RD y el mundo

Santo Domingo . El Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) al pedir a Rusia, Estados Unidos y a la Unión Europea bajar las tensiones provocadas por las amenazas de ataque a Ucrania, advirtió que un conflicto de la magnitud que se proyecta agravaría los problemas creados por la pandemia y afectaría a decenas de países “que dependen de la exportaciones de bienes y servicios, como el turismo”.

La declaración el Gobierno emitida la noche del domingo pasado “expresa su preocupación por la tensa situación de seguridad en Europa oriental”, una crisis con un “riesgo de escalada a un conflicto de grandes proporciones que podría tener consecuencias nefastas para la humanidad”.

Para países como la República Dominicana, con un fuerte peso del turismo y las exportaciones de bienes, una confrontación militar en Europa daría un duro golpe a su economía.

El sector turismo dominicano tiene experiencia del negativo impacto provocado por conflictos y crisis económicas de menores dimensiones, y acaba de registrar en el 2020 una importante caída de la llegada de turistas por el cierre de los viajes a escala mundial.

En 1991, por los efectos de la Guerra del Golfo (Tormenta del Desierto), la llegada de turistas bajó un 9.7%; por el ataque terrorista a Nueva York en septiembre del 2001 decrecimos un 2.8% a partir de ese mes, y en el 2002 un bajamos 3.6%; con la crisis de la economía mundial, en el 2007 y 2008, el incremento estuvo por debajo del 2% y en el 2009 el resultado fue negativo (-0.9%).

En los años 1990-91 registramos 9 meses negativos corridos; en 2001-2002 fueron 12 meses seguidos con números rojos, y el periodo julio/2008-febrero/2009 (ocho meses) también en negativo.

La industria turística mundial, y en particular la dominicana, han mostrado capacidad para adaptarse a los cambios y superar los obstáculos.  Por ejemplo, superamos el impacto negativo de la Primera Guerra del Golfo y la Operación Tormenta del Desierto en 1990. También las consecuencias negativas del ataque a las torres gemelas de Nueva York en el 2001; la crisis con el mercado inglés del 2005 y la caída de la economía en nuestros principales mercados emisores (2008-2009). El turismo dominicano también ha mostrado en la pandemia una sorprendente capacidad para gestionar la crisis y comenzar a recuperarse muchos antes de lo previsto

Pero en su etapa moderna a partir de la segunda mitad del pasado siglo el turismo no ha enfrentado las consecuencias y los efectos de una confrontación bélica como la se podría producir en Europa que involucre a Estados Unidos; y es lo que opina MIREX que podría ocurrir si no se logra una salida negociada a las amenazas de Rusia de atacar a Ucrania, país a la que ya le ocupó Crimea, y le crea serios problemas con su apoyo a grupos separatistas armados que enfrentan al ejército ucraniano.

A continuación el texto del comunicado (629 palabras) circulado por el MIREX la noche del pasado domingo.

Declaración del Gobierno dominicano sobre la tensión en Europa oriental

El Gobierno dominicano expresa su preocupación por la tensa situación de seguridad en Europa oriental. Esta crisis entraña un riesgo de escalada a un conflicto de grandes proporciones que podría tener consecuencias nefastas para la humanidad. Este riesgo se extiende a las Américas, por la posibilidad del despliegue de armamento ofensivo y tropas en nuestro continente.

República Dominicana mantiene importantes lazos de amistad con varios de los países envueltos en este incipiente conflicto. En consonancia con nuestra tradicional vocación de respeto al derecho internacional público y la búsqueda de soluciones pacíficas a las controversias, el Gobierno dominicano hace un llamado a nuestros aliados y amigos de Europa y las Américas, sobre todo a Estados Unidos y Rusia, a bajar la tensión, a replegar de inmediato los activos militares en la zona en cuestión y a buscar una salida pacífica a esta crisis, que respete la integridad territorial y la seguridad de todos los países, en especial de Ucrania.

Es importante recordar que el mundo atraviesa por una crisis sin precedentes. Más de dos años de pandemia han dejado millones de muertes y sufrimiento incalculable, trastocando las cadenas de suministro global, generando inflación, desabastecimiento y pobreza. Esta crisis se suma a la emergencia climática y la disrupción generada por la Cuarta Revolución Industrial, que desde años ya vienen impactando el orden internacional.

La humanidad enfrenta retos imponentes que demandan que los líderes mundiales estén a la altura del momento para generar grandes pactos. En particular, debemos sentar las bases para una recuperación post-pandemia que sea sostenible, justa, verde e inclusiva. Un conflicto de la magnitud que se proyecta agravaría los problemas actuales al crear obstáculos a la producción de bienes y al intercambio comercial, profundizando las precariedades de la economía y la pobreza en decenas de países que dependen de las exportaciones de bienes y servicios, como el turismo.

No es el momento para un pensamiento cortoplacista y bélico. Los pueblos del mundo están hastiados de los conflictos y los desacuerdos.

No es el momento para un pensamiento cortoplacista y bélico. Los pueblos del mundo están hastiados de los conflictos y los desacuerdos. En muchos países la esperanza en un futuro mejor se desvanece frente a la aparente incapacidad del liderazgo para forjar un nuevo imaginario político basado en la paz y el bienestar.

Es oportuno recordar el espíritu del Tratado de Tlatelolco de 1967 que llevó a proscribir el desarrollo, adquisición, ensayo y emplazamiento de armas nucleares en Latinoamérica y el Caribe como consecuencia de la tradición universalista y pacifista de nuestra región. Las normas de ese tratado, ratificado por todas las naciones latinoamericanas y caribeñas, conlleva el deber de los Estados de la región a proscribir la guerra nuclear y a “empeñarse en la lucha por el bienestar y progreso de sus pueblos”, así como a “la consolidación de una paz permanente fundada en la igualdad de derechos, la equidad económica y la justicia social para todos”.

Hace 77 años que las naciones crearon la Organización de las Naciones Unidas, precisamente para evitar un nuevo conflicto mundial. Es responsabilidad de las partes buscar en ese espacio las soluciones a los conflictos actuales.

Instamos al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a que juegue su rol como órgano principal para debatir y promover los temas relacionados con la paz y seguridad internacionales, en la búsqueda siempre de una solución pacífica a las diferencias entre los países.

El Gobierno dominicano alberga la esperanza de que triunfe la racionalidad de forma tal que los líderes mundiales puedan redirigir sus energías a atender los retos más acuciantes que enfrenta hoy la humanidad y el planeta, mediante el diálogo y la negociación.

Santo Domingo, 6 de febrero de 2022.

About the Author /

Manuel Quiterio Cedeño tiene más de 40 años de experiencia en la industria de la comunicación como periodista, ejecutivo de medios, profesor universitario, consultor y experto en temas del turismo. Presidente de CICOM, creador de los medios especializados en turismo RT Magazine, Resumen Turismo y Access DR.

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