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Físicamente separados pero muy unidos

En estos días es común que periodistas y amigos  que me atribuyen la condición  -que yo no creo tener- de experto en turismo y comunicación de crisis, me preguntan constantemente cómo y cuándo podremos volver al orden en este mundo puesto patas arribas por el virus COVID-19.

La primera pregunta de ayer jueves a las 8.18 de la mañana fue: ¿Superará el turismo la actual situación, cuál es el reto de las empresas turísticas y en general, después del COVID – 19?
Casi siempre mi salida es optimista ante este tipo de retos. Por eso mi respuestas: “Saldremos! El reto es generar confianza en que nuestros hoteles son seguros.  El todo incluido nos da una ventaja, porque ofrece un ambiente confortable, seguro, pero aislado  del entorno…Sin completar mi respuesta, al “mejor estilo” de la impaciencia juvenil periodística,  llegó el segundo disparo: ¿Cómo generar confianza? 

Entonces dije mi receta: 1. Debemos cerrar el proceso sin proyectar una imagen caótica en el manejo de la epidemia. 2. Es importantísimo tener cifras bajas de infectados y muertos. 3. Mostrar servicios que funcionan. 4. Presentar una baja incidencia en las zonas turísticas. Lo hemos logrado hasta ahora, pero el formato de estadísticas sólo por provincia limita el impacto positivo de lo que podemos mostrar. Deberíamos tener la información por municipio y distrito municipal, para una mejor segregación de las zonas turísticas. 5. El todo incluido puede inicialmente acentuar su condición de presentar una oferta en que el turista tiene sus vacaciones metido en una burbuja protectora, el hotel, donde casi todo puede estar controlado. 6. Será necesario revisar los formatos de manejo de alimentos y el servicio de alimentos en los restaurantes; y también el servicio de bebida en los bares; porque se requerirán rigurosos estándares de calidad y seguridad alimentarias. 7. En los aeropuertos, los viajeros serán sometidos a una inspección básica de salud con equipos especiales, un proceso parecido al de detección de metales para control de armas. Por ejemplo, para detección de temperatura corporal alta (fiebre). Ya esto se hace a la entrada de edificios. 8. Volverá la etapa superada en que el turista viajará con su certificado de inmunidad o de haber recibido la vacuna (como existió hasta hace pocos años para diversas enfermedades). 9. Los aviones tendrá que certificar la eficiencia de sus sistemas de purificación de aire.

Además, la comunicación (publicidad, promoción y relaciones públicas) tendrá que perfeccionarse, superar la práctica de tomar decisiones “al ojo por ciento”, y disponer de profundos estudios profesionales para entender cómo manejar las actitudes y tendencias de un consumidor impactado, porque las crisis marcan a las personas y  a la sociedad que la vive. Que nos espera: ¿Nuevas actitudes particulares y colectivas? ¿Cambios en la valoración del tiempo libre, en las relaciones sociales y en los hábitos de consumo? ¿Nueva manera de asumir la aventura de viajar a lugares desconocidos, que provocan interrogantes?

El COVID-19 nos está sacudiendo y pone patas arribas el mundo que conocimos hasta hace 90 días. Es el impacto de lo inesperado, la presencia insospechada de un atacante invisible que nos hace sentir pequeños, indefensos e inseguros. ¿Cómo nos cambiará, qué permanecerá? Muchas preguntas,  pocas repuestas y demasiado dudas. Pero el sol saldrá mañana otra vez por el Este para anunciar que la vida sigue. La única respuesta cierta es que esta vez –como la mayoría de las veces – no hay salvación individual. Para sobrevivir el virus nos obliga a alejarnos, pero al mismo tiempo  a seguir juntos.

About the Author /

Manuel Quiterio Cedeño tiene más de 40 años de experiencia en la industria de la comunicación como periodista, ejecutivo de medios, profesor universitario, consultor y experto en temas del turismo. Presidente de CICOM, creador de los medios especializados en turismo RT Magazine, Resumen Turismo y Access DR.

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