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Ética del turismo

Héctor RodriguezComencemos por preguntarnos ¿para qué sirve la ética? “Principalmente, para ser personas. Para eso hay que tener ideales de justicia y vida buena. La ética sirve para ser justos y felices”.

Sirve para tener “buena conciencia”, para reconocer y actuar de acuerdo a lo que es correcto, para vivir y actuar con sentido del honor, de responsabilidad, de compromiso y de honestidad. La palabra «ética» proviene del vocablo griego ethos, que significa fundamentalmente «modo de ser» o «carácter». Quien vive respetando y mejorando ese «ethos» así como el de las demás personas lleva una vida ética.

La inclusión de la ética en el sector turístico surge de la necesidad de impulsar la actividad turística como contribución al más pleno, plural e integral desarrollo de las personas y de la sociedad, así como de sentar las bases de un turismo responsable y sostenible que permite conciliar economía y ecología, medio ambiente y desarrollo, y apertura a los intercambios internacionales y protección de las identidades sociales y culturales. Así como lograr que las poblaciones y comunidades locales tengan una participación equitativa en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporte la actividad turística.

El Código Ético Mundial para el Turismo es un instrumento idóneo para el logro de estos propósitos. Está compuesto por un conjunto de principios para guiar el desarrollo del turismo de manera que permita optimizar los beneficios socioeconómicos del sector minimizando a la vez cualquier efecto negativo.

Fue aprobado en el 1999 por la Asamblea General de la Organización Mundial de Turismo y refrendado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2001. Contiene las ‹‹reglas de juego›› para los gobiernos, los destinos, los hoteles, los tour operadores, los promotores, los agentes de viajes, los empleados y los propios viajeros; al tiempo que constituye un estándar de actuación aceptable que ayuda a establecer y mantener niveles de profesionalidad.

En el Art. 1 de dicho Código se hace clara referencia a los valores éticos que deben acompañar la actividad turística: ”La comprensión y la promoción de los valores éticos comunes de la humanidad, en un espíritu de tolerancia y respeto de la diversidad de las creencias religiosas, filosóficas y morales, son, a la vez, fundamento y consecuencia de un turismo responsable”.

En consonancia con esto, tanto las comunidades receptoras como los agentes profesionales deberán aprender a conocer y respetar a los turistas que los visitan y a informarse sobre su forma de vida, sus gustos y sus expectativas. A su vez, las autoridades públicas deberán asegurar la protección de los turistas y de sus bienes.

El mismo Código consigna que las actividades turísticas deberán respetar la igualdad de hombres y mujeres. De la misma manera, promoverán los derechos humanos y, en particular, los derechos específicos de los grupos más vulnerables, especialmente los niños, las personas mayores, las personas con discapacidades y las minorías nacionales. Advierte que la explotación de seres humanos, en cualquiera de sus manifestaciones, especialmente la sexual, y en particular cuando afecta a los niños, contraviene los objetivos fundamentales del turismo y constituye una anegación de su esencia.

El Código enfatiza el papel del turismo como factor de desarrollo sustentable. Hace mandatorio el que todos los agentes del desarrollo turístico deben salvaguardar y proteger el medio ambiente y los recursos naturales, proponiéndose un crecimiento económico saneado, constante y sostenible, capaz de satisfacer equitativamente las necesidades y aspiraciones de las presentes y futuras generaciones.

Siendo que la Ética del Turismo viene a fortalecer las políticas y estrategias de fomento y protección del turismo como factor de desarrollo y como actividad económica, social y cultural beneficiosa para los países y comunidades de destino, es recomendable que en nuestro país se constituya un Comité Nacional de Ética del Turismo para promover, aplicar y evaluar el cumplimiento de las disposiciones del Código Ético Mundial para el Turismo. Muchos países ya han dado este paso. Nosotros como país también debemos intentarlo.

Héctor Rodríguez- Cruz

*Obtuvo su Ph.D en el Departamento de Filosofía del Derecho, Moral y Política (Ética y Sociología), dentro del Programa de Filosofía y Lenguaje: la Formación Humanística en el Desarrollo Personal y la Identidad Sociocultural, de la Universidad de Complutense de Madrid. hmanuel.rguez@claro.net.do

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