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El reto de la competitividad en la era post-Covid19

El Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo a través del Viceministerio de Análisis Económico y Social, presento un análisis de la construcción del índice de competitividad dominicano con terceros países en el mercado internacional para el sector manufacturero como parte del seminario de Economía, Finanzas y Ciencias Sociales.

El análisis estuvo presentado por Alexander Medina, consultor económico del departamento Internacional del Banco Central, con los comentarios de Yelid Blanco, coordinadora Estudios Especiales de la Dirección de Análisis Económico Sectorial del Ministerio de Economía.

El consultor económico del Banco Central explica que la presentación abarca el tema de las exportaciones de las manufacturas dominicanas y la competitividad respecto a terceros países, específicamente en el mercado de Estados Unidos, que representa más del 70 por ciento del destino principal de las exportaciones del pasado índice y que el trabajo en proceso de la construcción de un índice de competitividad también incluye resultados para los sectores agrícolas y turismo.

Sostuvo que a partir de la pandemia del COVID 19, el tema de la competitividad en los países, ha pasado a jugar un rol esencial, lo que incluye el análisis e investigaciones acerca de lo que son los cambios en las cadenas globales de valor en los distintos sectores, lo que representa una gran oportunidad y un reto para atraer nuevas inversiones.

Manifestó que el documento presenta un cálculo del índice de competitividad para las exportaciones del sector manufacturero que sirve de indicador para el nivel de competitividad de la producción nacional en el sector frente a los países competidores en el mercado estadounidense, tomando en cuenta los sectores manufactureros más importantes de las exportaciones por un periodo de 2013 al 2022, con una periodicidad anual.

Yelid Blanco en los comentarios resaltó que más allá de ver la competitividad como una comparación de precio entre los países, debe ser entendida con un concepto más amplio, es decir, que debe entenderse como la habilidad que tiene para competir exitosamente en el extranjero con el objetivo de mantener la mejora en la calidad de vida de las personas, y cómo mejorar el producto.

En ese sentido, manifestó como puntos principales para tomar en cuenta la competitividad- precio, abordada en el análisis; la competitividad no basada en precio, que tiene que ver con la capacidad para desarrollar la fidelidad de los clientes, mayor innovación en los servicios y confiabilidad en los productos; competitividad basada en las habilidades para intercambiar o atraer factores de producción como mano de obra calificada y todo lo referente a la inversión extranjera directa.

Blanco destacó la importancia de ver la competitividad a nivel sectorial a la hora de evaluar las políticas públicas que permitan elevar la materia en ciertos sectores.

Explicó que el análisis de este tipo de estudios debe ser complementado con otros indicadores que permitan ver qué tan eficaz es para el paso a insertar productos y servicios en el mercado; así como incluir la ponderación o la intensidad del uso de investigación y desarrollo en las exportaciones manufactureras.

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