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Buscan permanencia ballenas en Samaná

A través del Programa de Protección Ambiental de USAID apoyan en el país la biodiversidad y conservación de especies, dentro de este aspecto  trabajan en la Bahía de Samaná, para lograr el aprovechamiento sostenible de las visitas de las ballenas jorobadas y que los sectores se continúen beneficiando de esto.
Indhira De Jesús, directora del Programa de Protección Ambiental de TNC,  dijo este año se han enfocado en la Bahía de Samaná y su entorno, y el principal reto es lograr que todo la actividades económicas que utiliza estos recursos naturales y ecosistema, no deterioren el hábitat hasta un punto tal  que no puedan proteger a las especies que viven en el.
Expreso que la visita de las ballenas jorobadas en Samaná se ha convertido en un recurso económico importante que genera una cantidad de ingreso para la comunidad, pero si no se hace bien puede terminar “matando la gallina de los huevos de oro”.
Agregó que un programa de la USAID elaboró un estudio de la población de ballenas que visitan Samaná, en colaboración de un santuario de nallena de los Estados Unidos, y arrojo que hay un impacto medible en el comportamiento de las ballenas en los lugares que visitan.
Dijo que el estudio dice que se necesita regular la cantidad de botes, la forma en que los botes se acercan a las ballenas y recomendó organizar la llegada de cruceros a la Bahía de Samaná. “Por estos aspectos el animal se lastima y eventualmente pueden abandonar la zona”, resaltó.

Observación

Observar ballenas, como toda actividad humana, tiene algún impacto negativo en el ambiente. Pero sus efectos positivos compensan esos posibles daños. Además de los beneficios económicos que aporta, facilita la educación sobre estos majestuosos animales y constituye el argumento más persuasivo contra la cacería comercial.
Eso no significa – afirma un documento con las regulaciones preparadas por el Ministerio del Medio Ambiente – que no debamos regular la práctica de observación. Si no cumplimos un estricto protocolo que regule esta productiva actividad, el impacto pondría en riesgo el éxito reproductivo de la especie y, por ende, del  programa de observación.
Agradezco a las personas e instituciones que me han enviado informaciones relevantes sobre el manejo de las ballenas del Santuario. Cito textualmente parte de la carta que nos mandara la doctora Idelisa Bonnelly, de Fundemar.
“El caso del Santuario de La Plata y de Samaná (SMMRD), la más importante zona de reproducción para las ballenas del Atlántico noroccidental donde se desarrolla la actividad de avistamiento de ballenas con bastante éxito, el problema  no es la falta de reglamentaciones.
De acuerdo con el experto Simón Guerrero, existe un manual de buenas prácticas  precisas y distintas para ambos lugares de acuerdo al régimen de excursiones, pero éste no es  siempre  implementado  de manera efectiva. Se requiere de mayor personal técnico calificado, de  embarcaciones  de vigilancia, equipos de comunicación etc., en fin, recursos que con relativa facilidad  pueden obtenerse.
Pero quizás lo más importante es  implementar un plan permanente de manejo del Santuario, y no sólo administrar la actividad ecoturística cuando las ballenas están presentes de manera independiente; esto así  para garantizar que se tomen en  cuenta  las demás actividades que pueden afectar a las ballenas y sus hábitats., evaluar los impactos, planificar, etc”.

Regulaciones

Sólo botes autorizados por Medio Ambiente pueden realizar observación de ballenas en el Santuario. No se permiten más de tres embarcaciones por ballena o grupo de ballenas. La distancia entre el barco y la ballena debe ser de 270 pies  (80 metros), en el caso de la madre y el ballenato, y 165 pies (50 metros) para las demás.
Los barcos en espera deben estar a 250 metros del área de observación y con los motores en neutro.   No se permiten observaciones de más de  30 minutos con un grupo de ballenas en el área de observación. La velocidad de las embarcaciones observando ballenas después de Cayo Levantado, no deberá sobre pasar de cinco nudos.
Ninguna embarcación permitirá que sus pasajeros entren al agua con las ballenas. Está terminantemente prohibido nadar y/o bucear con ballenas.
Las embarcaciones deben evitar una velocidad excesiva o cambios bruscos de velocidad o dirección. Las embarcaciones deben mantener un movimiento paralelo, en la misma dirección y velocidad de las ballenas. No está permitido cruzar en frente de una ballena que está descansando y/o nadando.
Las aeronaves no deben sobrevolar sobre las ballenas y/o delfines ni deben sobrevolar más bajo de 1,000 metros de altura mientras se mantienen a una distancia horizontal máxima de 1,000 metros de la ballena.  No se permite realizar observaciones de ballenas desde helicópteros.  A quienes tratan de estar lo más cerca posible de las ballenas porque las quieren mucho, les recuerdo que hay amores que matan.

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