Banco Popular lanza publicación sobre Guillermo González, arquitecto de obras icónicas de RD
El Banco Popular Dominicano presentó, como parte de los aportes bibliográficos que realiza cada año, una publicación sobre la trayectoria del arquitecto Guillermo González, en la que se reivindica su figura como uno de los responsables en poner las bases y transformar la fisionomía moderna de la capital dominicana. 
“Trazos en el mar: Guillermo González, arquitecto de la modernidad dominicana”, está escrita por el también profesional de la arquitectura, Gustavo Luis Moré, quien pone un especial interés de proyectar la identidad nacional en los diseños del legendario maestro.
El escrito recorre la vida y obra de este arquitecto dominicano, educado en los Estados Unidos, y con experiencia en ese país, que trajo a República Dominicana una visión transformadora de la modernidad arquitectónica que se manifestaba en aquellas latitudes, desarrollando una prolífica labor entre los decenios de 1930 y 1960, especialmente en Santo Domingo.
Reconocido internacionalmente como padre de la arquitectura racionalista en la República Dominicana, y como uno de los más importantes autores de la modernidad latinoamericana, sus ejecuciones destacaron por una innovadora radicalidad para su época, con diseños de edificaciones simples, armoniosas y funcionales.
El parque Eugenio María de Hostos, el edificio Copello, el original Hotel Jaragua, el Hamaca, el Castillo de Güibia, los edificios que componen el Centro de los Héroes, el Hipódromo Perla Antillana, las escalinatas de El Conde, el Cuartel de Bomberos, el diseño urbano de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, así como notables ejemplos de residencias privadas, constituyen el gran legado de este maestro de la arquitectura. Sin embargo, muchos de esos proyectos han sido demolidos o bien modificados en su estructura original.
En este tenor, según apunta en la presentación del libro el presidente del Grupo Popular, Manuel A. Grullón, esta nueva entrega editorial del Popular “rescata el valor simbólico de la arquitectura como emblema de transformación de las ciudades” y expresa “la necesidad de preservar un patrimonio arquitectónico icónico” para entender y comprender la estructura de la urbe actual, tanto por parte de los arquitectos más jóvenes como del resto de la sociedad.
