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Esmérito necesita unos tontos

Manuel Quiterio Cedeño

El alcalde de Santo Domingo, Roberto Esmérito Salcedo Gavilán, despues de insultar a los hoteleros y acusarlos de no hacer por su cuenta el trabajo que corresponde a su institución, convocó para el lunes de esta semana un reunión que presentó como un encuentro de “concialición”.
Se pensó que era una ronda para fumar la pipa de la paz y pedir excusas humildemente por los graves insultos ampliamente destacados en los medios escritos y la televisión, que le ganaron una lluvia de críticas.
Pero por lo que se ha difundido en los medios y lo dicho en privado de lo que allí ocurrió, parece que en ese encuentro se manejó una agenda oculta; y más que arreglar las relaciones con los ofendidos, el objetivo era derivar su penosa confrontación  con los hoteleros para convertirla en una promoción para su grandioso proyecto de reconstrucción de esa avenida.
Dicen testigos de esta y otra reunión realizada para hablar sobre la urgencia de adecentar el Malecón, que cada vez que se planteaba el tema de la limpieza, Salcedo Gavilán se hacia el loco y se dedicaba a hablar de su proyecto para construir un nuevo parque en el litoral marino de la ciudad.
Como el cuento del camello, en que se recomienda al interesado en vender el animal que el mejor método para lograrlo es que no importa cual sea la pregunta y el tema que le presenten, termine hablando del camello.
Para Esmérito el asunto no es mejorar la vía. El camello a vender es su costoso proyecto, que comenzó con 125 millones, aumentó este año a 350 millones y esta semana lo colocó entre 400 y 500 millones.
Llama la atención tanto amor e interés por la belleza del Malecón en un alcalde que es incapaz de limpiarlo, iluminarlo y darle mantenimiento mínimo a su infraestructura, cosa para la cual sobra dinero en el Ayuntamiento.
Él no tiene interés en usar parte de los cientos de millones que recibe para invertir en obras para su gran idea. Quiere hacerlo con préstamos o fondos del  Gobierno.
Y como le gusta tanto brillar con méritos ajenos es  bueno informar que la recuperación del alumbrado público es obra del equipo de Celso Marranzini, no de la “ocupada” gente de Salcedo Gavilán.
A Esmérito hay que reiterarle que lo que ¡Ya! debe hacer en el Malecón es límpiarlo diariamente, iluminarlo, mantener su infraestructura y cuidarlo, y que se deje de pendejadas, que nadie es tonto. ¿O acaso es suciedad para presionar?

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