Santo Domingo, ciudad turística
En los últimos días, en mis caminatas por uno de los principales parques y una de las más importantes avenidas de Santo Domingo, he pensado en la colección de declaraciones y figureos periodísticos del alcalde de la ciudad hablando del presente y futuro turístico de nuestra capital.
También han llegado a mis reflexiones en esos momentos, las últimas historias periodísticas publicadas por el diario elCaribe sobre la desastrosa situación en que se encuentran algunas áreas de la ciudad.
Igualmente he estado pensando en las informaciones -no publicadas aún en los medios- sobre las amargas quejas de las empresas de cruceros que visitan el puerto, por la suciedad del entorno, al punto que algunas de ellas han advertido que si esto no cambia excluirán a Santo Domingo de su itinerario.
En mis caminatas por el parque he sentido asco y vergüenza al ver el penoso estado de descuido que presenta. Basura por doquier, en algunos puntos en montones, que a simple vista se determina que es una acumulación de semanas. Los jardines descuidados, aceras rotas y sucias, grama sin cortar, arbustos crecidos… una situación que en muchos puntos se puede describir con una frase: un estado de abandono.
Lo de la avenida es peor aún. Las aceras laterales rotas y en algunos puntos prácticamente inexistentes al punto que no es recomendable caminar por ellas con calzados suaves o tacones.
La jardinería en muy malas condiciones y en algunos puntos inexistente, y las que aún merecen ser clasificadas como jardineras, convertidas en escondrijo de todo tipo de abundante basura.
En algunos puntos, frente a importantes plazas con negocios bien decorados y agencias de importantes entidades del país, las precarias jardineras están llenas de cuevas de ratas enormes que se pasean alegremente en las mañanas, como dueñas del paisaje.
En la acera central, suciedad, árboles y arbustos sin podar y sus jardineras sin grama, con evidente descuido de meses.
En algunos puntos las precarias jardineras que aún merecen el nombre, con muchísima basura debajo de las plantas.
Los postes para la iluminación nocturna han desaparecido y muy pocos sobreviven al descuido y abandono.
Las noches de la avenida son oscuras y la poca iluminación llega de las vitrinas y lámparas de los principales edificios comerciales.
Esta es una breve descripción del Parque Mirador Sur y la Avenida Winston Churchill. Si esto es lo que puede escribirse de los dos íconos más importantes de la ciudad, ¿qué podremos decir del resto de esta capital, castigada por la incapacidad de los comberos, cómicos mediocres y programeros frustrados que la han dirigido? Cuando el alcalde Roberto Esmérito Salcedo Gavilán habla de turismo en esta descuidada ciudad, pienso que es un descarado o se burla de los capitaleños.
Por Manuel Quiterio Cedeño