OMT mantiene su previsión para 2011 de un aumento del turismo mundial del 5 %
La Organización Mundial del Turismo (OMT) mantiene su previsión inicial de crecimiento para 2011 de entre un 4 y un 5 % en los movimientos de turismo internacional respecto al año anterior, pese a que una nueva incertidumbre planea sobre la economía mundial.
El secretario general de la organización, Taleb Rifai, dijo en una rueda de prensa en la localidad surcoreana de Gyeongju, durante la XIX Asamblea General de la OMT, que los acontecimientos de Oriente Medio y el Norte de África, así como la tragedia sufrida por Japón en marzo, no alterarán la previsión global, aunque han incidido en los resultados de sus respectivas regiones.
El crecimiento en muchas economías avanzadas sigue siendo limitado y la debilidad de la economía estadounidense, mayor de la prevista, unida a la inestabilidad financiera resultante de los retos fiscales de la zona euro, incrementa los riesgos de recaída. Sin embargo, Europa, afectada además por unas drásticas medidas de austeridad, ha tenido este año unos resultados turísticos sorprendentes, al incrementarse el número de llegadas de turistas internacionales en un 6 % hasta agosto, un punto porcentual por encima de la media mundial, que ha sido del 5 %.
La OMT no esperaba una evolución tan positiva de Europa, después de que el año pasado fuese la región con menores crecimientos.
Por el contrario, el avance de Asia ha resultado ser inferior a las previsiones iniciales, al no sobrepasar el 5 %, lo que confirma los anteriores señales de sobrecalentamiento de algunas economías emergentes y en desarrollo.
Pese a la evolución positiva del turismo en 2011, el desempleo, sigue siendo una de las principales fuentes de preocupación, ya que según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), habrá que esperar a 2015 para que el empleo a escala mundial se recupere.
También sigue planteando un desafío serio la tendencia reciente, principalmente en Europa, de imponer tasas nuevas o más altas a los viajes y al turismo, con el fin de equilibrar las cuentas públicas.
Dicha estrategia puede tener un impacto negativo en las economías de los países emisores y en las posibilidades de desarrollo de las economías emergentes, donde el turismo representa una parte cada vez mayor de sus oportunidades de ingresar divisas y crear empleo, ha advertido Rifai.