IATA pide coordinación internacional y menos impuestos ante la crisis
Luego de vaticinar días atrás que 2012 será un año “difícil” para las aerolíneas y advertir nuevamente sobre el exiguo margen de rentabilidad en el sector, la IATA llamó el lunes a una respuesta internacional y coordinada frente a la crisis actual y pidió a los gobiernos europeos evitar cualquier “impuesto adicional” a la industria aérea.
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que reúne a aerolíneas que cubren más del 90% del tráfico mundial, estimó en 4.900 millones dólares el beneficio de las aerolíneas del mundo para 2011, un 28,9% menos que en 2010, con un margen de rentabilidad de 0,8%, frente al 2,9% de un año atrás.
“Con los altos precios del crudo y la incertidumbre económica será un logro esquivar los números rojos”, dijo en un comunicado el director general y consejero delegado de la IATA, Tony Tyler, y adelantó que en un entorno general de pérdida de rentabilidad los mejores resultados se verán en 2012 en Asia-Pacífico, mientras que Europa estará entre las regiones más afectadas.
Ahora, Tyler subrayó que la incertidumbre económica con centro en Europa es el mayor inconveniente que afronta el sector. “La industria aérea europea está en el filo de la navaja. Cualquier empeoramiento de la deuda y la crisis bancaria podría derivar en grandes pérdidas para el año 2012”.
En ese contexto, el ejecutivo llamó a los gobiernos europeos a evitar cualquier “impuesto adicional” a la industria aérea para mantener su capacidad como catalizador del crecimiento económico.
Desde el punto de vista de la IATA, Europa sufre la carga de los impuestos sobre el tráfico aéreo de pasajeros en Reino Unido, Alemania y Austria, a lo que se unirá pronto una nueva carga por la inclusión de las aerolíneas en el mercado de emisiones en 2012, lo cual sumará una presión de 1.200 millones de dólares sobre la industria, advierte la entidad.
La IATA, que calcula que en la media de este año el precio del carburante será 39% más elevado que el precio medio de 79,4 dólares del barril de Brent en 2010, encareciendo la factura de combustible en un 30% hasta 176.000 millones de dólares, también llamó a impulsar el desarrollo de biocombustibles sostenibles y acelerar el progreso en el cielo único europeo, que asegura haría más eficiente el sector en esa región.