República Dominicana sí tiene la experiencia para repensar y transformar el sector turismo
El éxito de la República Dominicana en la reactivación del sector turismo, es un proceso con resultados que nos sirven para afirmar: SÍ SE PUEDE. ¿Cuántos países lo hicieron? ¿Cuántos han logrado ya recuperar y superar las cifras del 2018 y 2019? Lo que logramos, las decisiones y cómo lo hicimos, permite concluir en que sí podemos repensar y transformar el sector.
La Organización Mundial del Turismo (OMT), propuso como lema del día mundial del turismo la frase “Repensar el turismo”, e hizo hincapié en el potencial único del sector para impulsar la recuperación y lograr un cambio positivo para todas las personas. Para nosotros, el potencial del turismo no es una idea.
Uno de los principales motores de la recuperación de la economía ha sido el turismo. Creo que hasta los más escépticos se han quedado sin argumentos sobre lo que significa y aporta el turismo, y su gran potencial para promover el desarrollo económico y social.
Hemos avanzado. Hemos recuperado el sector. Ahora lo que nos falta es pensar en lo que tenemos que hacer para seguir adelante en un mundo cambiante con nuevos escenarios. La pandemia alborotó la vida a escala mundial, creó nuevos escenarios, demandas e impactó la forma de ver la marcha cotidiana y cómo seguir con nuestras vidas. No a todos por igual, pero ha introducido nuevas miradas a la vida y la forma de llevarla.
El cambio en el ritmo social y económico a escala mundial, también cambió la relación de las personas con el turismo, lo que quieren y lo que esperan. Eso explica la propuesta de la OMT cuando plantea la necesidad de “Repensar el Turismo”.
El sector turismo dominicano tiene la ventaja que le dio haber sido el primero en salir adelante. Pero las proyecciones indican que para el 2023 el turismo se habrá recuperado. La pregunta es qué haremos para seguir avanzando y mantener el espacio que hemos creado, la “gabela” que nos dio el éxito en la gestión de la pandemia.
La propuesta de la OMT es la respuesta: “Repensar el Turismo”. La pauta principal nos la da el proceso para superar la crisis que trajo la pandemia al sector (99% de los hoteles cerrados), y la pérdida de más de medio millón de puestos de trabajo directos en el turismo, e indirectos en otros sectores de la economía.
El presidente Abinader no usó la varita mágica de los cuentos infantiles. Primero, creó un gabinete para el turismo para sentar a las partes pública y privada involucradas, y encargó de coordinarlo al Ministro David Collado. Y a continuación, se aprobaron los lineamientos generales de un plan de acción, que fue ajustándose en la marcha a una realidad cambiante día a día.
Pues bien, ahora el Gabinete tiene que “Repensar el Turismo”, nuestro sector turismo y diseñar el plan para lo que sigue. Como dijo Abinader: pensar en qué debemos hacer para seguir adelante, mantener el espacio, mejorar la oferta y seguir creciendo.
Una de las claves, la combinación para abrir la puerta del futuro inmediato es el concepto SOSTENIBILIDAD. Un concepto amplio que se refiere a la sostenibilidad ambiental, la social, cultural y económica. Tenemos una guía en los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que casi todos los países, incluyendo el nuestro, han acordado en el seno de las Naciones Unidas y que la OMT ha complementado con un documento sobre el aporte del turismo a los ODS, que también tiene la aprobación de los países presentes en la organización.
La segunda palabra clave es COMPETITIVIDAD, que es el complemento de SOSTENIBILIDAD. La sostenibilidad del turismo es hoy un requisito para ser competitivo. Tenemos un espacio ganado, pero queda un largo camino por recorrer.
El Foro Económico Mundial, previo a la pandemia, publicaba un reporte sobre la competitividad del sector turismo en más de 100 países, incluyendo el nuestro. Esa evaluación es una guía de todos los factores que contribuyen a la competitividad del producto turístico. El Foro estuvo haciéndonos el trabajo.
El Plan de Desarrollo Turístico debe profundizar el primer paso que se ha dado con el gabinete de turismo. Necesitamos la participación, la inclusión de las comunidades de nuestras zonas turísticas. La inclusión compromete y ayuda a avanzar más rapidamente.
Urge un plan aprobado sin populismo, pero en un proceso participativo e incluyente. El turismo somos todos, es más que inversiones, hoteles, restaurantes, parques temáticos y parques nacionales. Más que taxis, autobuses, carreteras. Más que supervisión responsable y exigente. Más que control y supervisión del alquiler de corto plazo. Más que impuestos y exoneraciones. Más que música y museos. Es todo eso, pero es la gente, las organizaciones, las comunidades y sus manifestaciones culturales.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), la principal organización mundial del sector privado turístico, ha planteado que “es esencial que juntos aseguremos” que el crecimiento del turismo post pandemia, “sea sostenible e inclusivo y contribuya positivamente a las comunidades, los ecosistemas naturales, y el patrimonio cultural del que depende nuestro sector”. Comparto ese enfoque y es válido para República Dominicana.
Nosotros, que tenemos un asiento que ocupa Frank Rainieri en el consejo de directores de la WTTC, deberíamos aprovechar las iniciativas de esta entidad- que trabaja con una serie de iniciativas sostenibles con asociaciones y organizaciones líderes- “para garantizar que los viajes y el turismo beneficien a las personas/empresas, así como a la naturaleza y el medio ambiente”.
Esta es la nueva mirada que necesitamos para Repensar el Turismo, y podemos aprovechar, además de las reflexiones de la OMT, por ejemplo, los programas de la WTTC que incluyen: acción por el clima y el medio ambiente, repensar el uso de los productos de plástico de un solo uso, trata de personas, administración del destino, biodiversidad, comercio ilegal de vida silvestre, sostenibilidad, inclusión y diversidad, impacto social y el futuro del trabajo en turismo.
RESILIENCIA DEL SECTOR
Una importante observación que aporta el proceso provocado por la pandemia es la resiliencia del sector turismo dominicano. Su capacidad para adaptarse a procesos complejos y difíciles y seguir o recuperar su dinámica productiva.
No es la primera vez. En la crisis que se registró en el tercer cuatrimestre del 2019, en el mercado de Estados Unidos, el más importante para nosotros, provocada por las llamadas “muertes misteriosas” de turistas estadounidenses, se produjo una reducción de las llegadas de ese país con el impacto negativo en el resultado final del año. Pero en los meses enero-marzo 2020, hasta el cierre por la pandemia, se recuperó el mercado.
Nadie podía imaginar siquiera en marzo del 2020, que en el 2021 el sector turismo estaría de pie y en marcha, y que en el 2022 recuperaría y superaría las cifras previas a la pandemia. Pero es necesario entender el proceso y considerar los factores que cambiaron el negativo escenario. No son procesos que se dan por inercia, suceden cuando se cambia el enfoque.
El gobierno, comenzando por el presidente Luis Abinader, asumió el reto y convocó a los líderes del sector privado turístico. La estrategia funcionó. Mostró la capacidad de resiliencia de la industria. También de la economía. La resiliencia no se da por sí misma. Es una capacidad que responde a las iniciativas estratégicas.