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Rainieri pide a los empresarios servir y contribuir a resolver los problemas que afectan el desarrollo

SANTIAGO.- Los empresarios deben servir y contribuir creativamente a la solución de los problemas que afectan el desarrollo porque es la única forma de tener un país en que podamos vivir en paz y realizados planteo empresario turístico Frank Rainieri.

“Para nosotros, la vocación de servir es tan importante como la vocación empresarial” señaló  en un charla ofrecida en el desayuno Manuel Arsenio Ureña, organizada por la Fundación Arquidiocesana Santiago Apostol (FASA).

“Servir y contribuir creativamente a la solución de los problemas que afectan el desarrollo e impiden la realización de las personas, es la única forma de tener un país en el que podamos vivir en paz y realizados, como personas, como profesionales y como empresarios”, dijo.

Rainieri, presidente del Grupo Puntacana, en la parte de su charla dedicada al éxito empresarial explicó que para el las llaves “con las que he abierto las puertas y ventanas para hacer de una pequeña empresa de tres personas en el año 1969, lo que hoy es el Grupo Puntacana se representan con las palabras visión, trabajo, perseverancia, pasión y honestidad”.

Para mi, explicó “visión es la capacidad de ver lo que todavía no es una realidad pero puede serlo”,  la capacidad para “encontrar las oportunidades que existen, las que se nos ofrecen y las que podemos crear”

Es la capacidad, dijo, “de imaginar cosas, de crear cosas y verlas como realidades en un futuro. Muchos lo llamarían soñar, yo la considero la base de los sueños”.

Según él, la visión ayuda a entender la realidad del presente, ver las tendencias y el dinamismo que mueven a las sociedades y el mundo circundante, pero  “sobre todo, nos permite diseñar los escenarios que deseamos construir”.

Sobre, manifestó Ranieri, poco puedo decir que ustedes no sepan,  pero “puedo asegurarles que cuando alineamos todo lo que hacemos a la consecución de una meta, el resultado será siempre positivo. No existe trabajo fácil, pero sin trabajo nunca obtendremos resultados”.

Como siempre “he creído en lo que hago” planteó, lo he disfrutado a lo largo de mi vida y “es lo que me ha ayudado a subir escalón por escalón, sin saltos al vacío”

Rainieri al abordar la palabra perseverancia sugirió que es importante “perseverar en nuestros proyectos, aún bajo circunstancias adversas, pero esto no significa persistir en lo que no tiene futuro. Este es un discernimiento básico para el éxito. La perseverancia es voluntad, pero también paciencia para continuar los esfuerzos hasta lograr resultados”.

Advirtió que la sociedad frecuentemente empuja a dar saltos de un proyecto a otro buscando lograr cosas en corto tiempo, pero es importante “evitar la tentación del éxito fácil y el dinero rápido, que nos lleva a saltar escalones con el riesgo resbalar y caer”.

Al llegar a la palabra pasión precisó que de sus muchos significados asume el que significa que es “apetito de algo o afición vehemente a ello”. Pasión, dijo, es un sentimiento muy fuerte, es entusiasmo, interés, pero también es vehemencia que muchas veces obnubila la razón. Debemos manejar adecuadamente la pasión, pero sin ella es difícil llegar a la meta”.

A la pasión, en la reflexión de Rainieri, sigue la honestidad, que el empresario definió como una virtud obligada “para con nosotros mismos, para aquellos a quienes servimos, para los compañeros de trabajo y para la sociedad”.

Para él la honestidad “es honradez, es verdad, decencia, responsabilidad, justicia e integridad. Es vivir con rectitud y respeto. Es una virtud que nos lleva a actuar con sinceridad, coherencia y apego a la verdad. La honestidad es más que intenciones y se expresa en nuestras acciones en todos los escenarios”.

Señaló que en nuestra sociedad muchos juegan con este concepto, acomodándolo a sus conveniencias. “Hemos sustituidos los valores por lo material y no se evalúa a las personas por su capacidad e integridad, porque lo importante es tener”.

Advirtió que las condiciones morales son bases firmes sobre las cuales se deben construir nuestros proyectos personales y empresariales.

Como testimonio reveló que desde su primer día el Grupo Puntacana aplica a raja tabla el eslogan NI COJEMOS NI DAMOS, y reconoció que por esta filosofía, “en muchas ocasiones nuestros proyectos toman más tiempo en desarrollarse. Nosotros premiamos la honestidad y las empresas del grupo se han desarrollado sin dar ni coger”.

Permítanme, dijo, usar el proceso del Aeropuerto Internacional Punta Cana como ejemplo de lo que puede resultar si tenemos VISION para escoger el camino; TRABAJAMOS para hacerlo realidad; PERSEVERAMOS hasta lograrlo; ponemos PASION en lo que hacemos y somos HONESTOS en nuestras actuaciones.

Con visión, expresó, identificamos el turismo como una opción y trabajamos arduamente para construir un pequeño hotel de 10 cabañas frente al mar y una pista de tierra para avionetas, en el medio de la nada.

Durante 46 años, relató, hemos trabajado con pasión, porque creemos en lo que hacemos, y la pequeña pista de aterrizaje es hoy el primer aeropuerto del Caribe y el noveno de América Latina, considerando la cantidad de pasajeros que recibe.

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