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Pedernales necesita turismo comunitario

Las autoridades gubernamentales actuales han planteado el impulso del turismo comunitario en el municipio Pedernales en el marco del proyecto de desarrollo turístico sostenible.

Excelente idea. Pero urge que se pueda leer en la práctica, a la par con el desarrollo de Cabo Rojo, que tendrá unas 3,500 habitaciones hoteleras en la primera etapa.   

Se trata de una posibilidad de los pueblos de convertirse en protagonistas de sus procesos y salvar diferencias socioeconómicas al generar ingresos a partir de sus recursos naturales y culturales con el mínimo impacto. Una real apuesta a la descentralización de la industria y a la transferencia de toma de decisiones a las comunidades.

La puesta en escena de esta modalidad serviría de contrapeso a la dinámica de los complejos hoteleros y atractivos que, de acuerdo al Gobierno, serán edificados a partir del último trimestre de este 2022 frente a playa Cabo Rojo, a 23 kilómetros al sudeste de la capital de la provincia, media hora en automóvil. 

Y una de las salidas para prevenir el desarrollo sin el soporte de la planificación y al margen del pueblo dueño de los recursos naturales. 

Ya la empresa ITM ha iniciado el reclutamiento de personal para la reconversión del muelle de carga de Cabo Rojo (1957) en terminal de cruceros. El presidente Luis Abinader ha garantizado que ésta comenzará a operar en diciembre de 2023 en que llegarán los primeros cruceritas.

El gobierno ha comenzado el traslado de maquinarias para la edificación de las obras hidrosanitarias (acueducto, planta de tratamiento, cloacas).

El 26 de mayo de 2022, el mandatario viajó hasta el municipio para el palazo inicial de las obras hidrosanitarias, por 1,185 millones de pesos. En 18 meses deberán estar terminados 9.2 kilómetros de alcantarillado sanitario, 8.3 kilómetros de tuberías de alimentación de agua potable y el drenaje pluvial. 

Ese mismo día, anunció la terminal de cruceros Port Cabo Rojo, con una inversión privada de 98 millones de dólares. 

La reconstrucción y remodelación de la carretera Barahona-Pedernales (124 kilómetros) está en pie, aunque a ritmo de suero de miel de abejas. En el pueblo perciben que, a esa velocidad, no será terminada en el cuatrienio de la actual gestión de gobierno.

No arranca la intervención de la vital carretera por la ruta de los padres fundadores (1927 y años subsiguientes), por el Baoruco, hacia Puerto Escondido (Puesto Escondido), Duvergé. 

El mandatario acaba de reiterar que la harán para que los turistas que lleguen en barcos puedan desplazarse, apreciar la belleza de la sierra y tener contacto con las personas y la belleza de las otras provincias de la región Enriquillo (Independencia, Baoruco y Barahona). 

La mañana del domingo 19 de junio, en un fogoso discurso durante el masivo acto de juramentación de la dirección del oficialista Partido Revolucionario Moderno, en el palacio de los deportes Virgilio Travieso Soto, al resaltar los logros y avances de su gestión, él ha vuelto a citar el proyecto de desarrollo turístico de Pedernales, y ha calificado de incapaces a sus antecesores de la oposición por no acometerlo.

A media mañana del 23 de junio de 2021,  el presidente había dado el palazo inicial en Cabo Rojo. Y, en otro acto escenificado en el “maleconcito”, frente a la playa local, anunció la transferencia de RD$ 350 MM al Mitur para la construcción del frente marino, obra que, previamente, había explicado con diapositivas el equipo de arquitectos de esa institución. Sigue en carpeta. 

De concretarse, sería la primera de muchas iniciativas a levantar en la capital de la provincia, Pedernales, como en Oviedo (segundo municipio), con miras a convertir aquellos pueblos en atractivos para los turistas nacionales y extranjeros que se hospeden en Cabo Rojo. Una especie de esprín para impulsar el turismo comunitario. 

Con su malecón, centros comerciales, restaurantes, viviendas y áreas de entretenimiento, esta obra atraería a visitantes y activaría la economía local.

Cientos de personas que viajan a disfrutar de la paradisíaca playa Bahía de las Águilas, regresan a sus ciudades de origen sin visitar estas comunidades para conocerlas, compartir, interactuar con su gente, consumir. 

Los hoteleros, dueños de restaurantes y otros negocios locales se quejan de ese fenómeno. La motivación para los turistas es escasa.

Pedernales carece de centro cultural,  anfiteatro para presentación de espectáculos, museos, monumentos, iglesias icónicas.

La gastronomía aún no es marca provincia. No hay una empresa de guías turísticos para hacer senderismo. 

Desde los años 60, la provincia tuvo dos cines, Doris y Pedernales, y dos orquestas. Ahora solo hay dos locales sombríos, ninguna orquesta y un ruido insoportable.

El edificio de oficinas públicas constituye una afrenta, un armatroste horrible y en ruina solo digno de eliminación. No resiste más. Un peligro permanente. El derrumbe es esperable.

Los políticos en busca de votos importaron familias y sembraron de arrabales la periferia del municipio-capital, sin pensar en vida digna ni en ruta de huracanes. 

A Pedernales lo han puesto a crecer de manera anárquica, sin la brújula de un plan de ordenamiento territorial. Cada quien construye a su manera y dondequiera, sin control. 

Las calles necesitan repavimentación. El alumbrado público no aguanta más obsolescencia.

Playas de arena blanca de parajes como Bucandebas, Puesto al Medio-Trudillé, Lansasó, Piticabó, así como isla Beata y los islotes, pese a su belleza y a su posición que facilita el delito, están a expensa de la insalubridad, promiscuidad y las mafias nacionales e internacionales. Pescadores haitianos y dominicanos pueblan aquellos sitios “a la buena de Dios”. 

Sólo en Puesto al Medio-Trudillé viven cien personas sobre excrementos de cerdos y chivos, y su único baño -de ellos y de los cerdos- es el manglar de los cangrejos,  flamencos y patos. 

La provincia tiene un patrimonio natural envidiable que no se agota en el cañón del Caribe u hoyo de Pelempito, las playas Bahía de las Águilas y Cabo Rojo. 

Recursos apreciables son: laguna de Cabo Rojo, los cenotes, orquídeas endémicas, bosques húmedos, el valle de “Sabán peblique”,  los pozos de Trunicolá (de Romeo), árbol de la ceiba, río Mulito, río de Aguas Negras, sendero de cacao orgánico, bosque nublado de alto de las palomas, cuevas con pictogramas indígenas, fortaleza de Banano, casas con arquitectura vernácula, playas Bucanyé, Blanca y Mosquea, laguna de Oviedo, Arroyo Salado, flamencos, aves endémicas, minas de bauxita. 

La realidad se sintetiza en la siguiente ecuación: superávit de naturaleza y déficit colosal de atención gubernamental e interés empresarial por el progreso y desarrollo de Pedernales. Sin ese respaldo, muy difícil sacar cabeza en turismo comunitario. 

Como ha destacado en su portal la Asociación de Estados del Caribe, a propósito de la reunión de organizaciones regionales de turismo, con el tema central Turismo Comunitario: 

“…Pero para que este potencial se pueda hacer realidad, debe existir una estrecha relación entre los planes del sector público y del sector privado, unido a las aspiraciones de las comunidades en materia de desarrollo del turismo en la región”. http://www.acs-aec.org/index.php?q=es/sustainable-tourism/el-turismo-comunitario.

El presidente Abinader ha mostrado voluntad. Desde su jura, el 16 de agosto de 2020, ha visitado la provincia al menos cuatro veces. El proyecto de desarrollo turístico está en marcha. Solo falta equilibrar la carga temprano con la modernización de los municipios de la provincia, a la par con el desarrollo de Cabo Rojo. 

Fotos Edward Adames.

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