OMT: El 40% de los destinos han flexibilizados restricciones al turismo
El 40% de los destinos del mundo han flexibilizado ya las restricciones que impusieron al turismo internacional como respuesta a la COVID-19, según el último análisis de la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Los últimos datos, registrados el 19 de julio, van al alza, comparados con los del 15 de junio, cuando solo el 22% de los destinos habían flexibilizado las restricciones, o los del 15 de mayo, cuando eran únicamente un 3%, y confirma la tendencia a una adaptación lenta pero continuada y un reinicio responsable del turismo internacional.
Según la OMT, de los 87 destinos que han flexibilizado hasta ahora las restricciones de viaje, solo cuatro han levantado por completo todas las restricciones, mientras que 83 las han aligerado pero manteniendo algunas medidas, como el cierre parcial de fronteras en vigor.
La última edición del informe de la OMT sobre las restricciones de viaje muestra además que 115 destinos (el 53% de los destinos del mundo) siguen manteniendo sus fronteras completamente cerradas al turismo.
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, consideró que “El reinicio del turismo puede acometerse de manera responsable y salvaguardando a la vez la salud pública y las empresas y el empleo”.
Según el informe de la OMT, los destinos con mayor dependencia el turismo están más dispuestos a flexibilizar las restricciones de viaje: de los 87 destinos que han iniciado esta vía, 20 son pequeños Estados insulares en desarrollo, muchos de los cuales dependen del turismo como pilar central del empleo, el crecimiento económico y el desarrollo. El informe muestra también que alrededor de la mitad (41) de esos destinos que han flexibilizado las restricciones se encuentran en Europa, lo que confirma el papel de la región como pionera en el reinicio responsable del turismo.
Al examinar los 115 destinos que siguen teniendo sus fronteras completamente cerradas al turismo internacional, el informe constata que la mayoría (88) han tenido sus fronteras completamente cerradas al turismo internacional durante más de 12 semanas.
Los datos muestran que, ya a finales de mayo, se habían perdido ingresos por valor de 320.000 millones de dólares de los EE.UU. a causa de la pandemia, tres veces más de los ingresos perdidos en la crisis económica global de 2009.
Impacto del Covid-19
La última edición del Barómetro OMT del Turismo Mundial muestra que el confinamiento casi total impuesto como respuesta a la pandemia redujo en mayo el número de turistas internacionales en un 98% en comparación con 2019. El Barómetro muestra también un descenso interanual del 56% en las llegadas de turistas entre enero y mayo. Eso significa 300 millones de turistas menos y 320.000 millones de dólares de los EE.UU. perdidos en ingresos por turismo internacional: más del triple de los ingresos por turismo internacional perdidos en la crisis económica global de 2009.
La OMT observa a la vez signos de un cambio gradual y cauteloso de tendencia, sobre todo en el hemisferio Norte, y en particular después de la apertura de las fronteras en el espacio Schengen de la Unión Europea el 1 de julio.
Mientras el turismo regresa lentamente a algunos destinos, el índice de confianza de la OMT ha caído hasta mínimos históricos, tanto para la evaluación del periodo enero-abril de 2020 como en sus perspectivas para mayo-agosto. La mayor parte de los miembros del Grupo de Expertos en Turismo de la OMT espera que el turismo internacional se recupere en la segunda mitad de 2021 y les siguen quienes creen que se recuperará en la primera parte del año próximo.
El grupo de expertos de todo el mundo señala una serie de riesgos, tales como las restricciones de viaje y los cierres de fronteras que siguen en vigor en la mayoría de los destinos, la parálisis de los grandes mercados emisores como los Estados Unidos y China, las preocupaciones en materia de seguridad asociadas a los viajes, el rebrote del virus y los riesgos de nuevos confinamientos o toques de queda. Además, la inquietud por la falta de información fiable y el deterioro del entorno económico aparecen como factores que minan también la confianza de los consumidores.