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Museo del Ron y la Caña una parada obligatoria en Ciudad Colonial

La caña de azúcar la introdujo Cristóbal Colón, desde las Islas Canarias. De hecho, los historiadores dicen que el navegante trajo consigo mil 200 plantones de caña de azúcar y los plantó en lo que hoy conocemos como República Dominicana y Haití.

Desde entonces ha mantenido una presencia constante en el quehacer económico de la nación. Por eso, el Museo del Ron y la Caña es una parada imprescindible si visitas Santo Domingo.  Desde Resumen Turismo te recomendamos dar a través de este espacio, una mirada profunda a la historia dominicana y de este producto, nuestros primeros registros datan de 1650.

El recinto, propiedad del empresario José Alberto García, repasa el desarrollo de las familias que, desde el siglo XIX, forjaron la industria de la destilería y la caña de azúcar. Y es que cuenca del  Caribe , en particular, República Dominicana, resultó tener un clima ideal para el cultivo de la caña y producción de azúcar.

La insaciable demanda europea de azúcar, hizo que se establecieran muchos ingenios que molían la caña cultivada y le extraían el jugo. El ron es un licor alcohólico destilado, obtenido del jugo de la melaza de la caña de azúcar.

En épocas en donde no existían sistemas de pasteurización, los navegantes morían por la insalubridad del agua que bebían. Por eso, apareció un añadido para poder tomarla. Además, atribuían al rol propiedades medicinales y lo empleaban para prevenir enfermedades como el escorbuto, la queja o incluso, eliminar el estrés. Algunos piratas y corsarios como el famoso  Francis Drake  combinaban su ron con azúcar, limón y hierbabuena.

En el museo, abierto por más de doce años, podrá probar diferentes sabores de rones (imperdible el de chinola, que en boca trae notas de frutas tropicales, pero con un sabor a caramelo especiado, cálido y tostado), y observar ejemplares de los primeros aparatos y la maquinaria que se reproducen para su elaboracion.

Recuerda que la extraccion del jugo de la caña para la elaboracion del ron era manual y que se empleaban pesadas maquinas de madera. Una oportunidad para imaginar cómo las cañas eran lavadas para quitar los restos de tierra y cortadas en pedazos pequeños para facilitar la extracción del jugo y molidas para facilitar las extracciones siguientes del jugo. También tendrás una oportunidad para ver de cerca un arado o la cuyaya, que fue de los primeros elementos para extraer el jugo de la caña por presión y analizar de cerca el proceso de añejamiento en barricas de madera cuyos orígenes son ancestrales.

Las familias Flaquer, Brugal, Barceló y Bermúdez son algunas de las que ayudaron a forjar el imperio del  ron dominicano  que ahora se exporta a todas partes del mundo. En el museo aprenderás sobre la historia de cada una de ellas.

El espacio cuenta además, con un patio al interior al aire libre y con un bar, donde podrás ampliar tu cultura catadora, así como disfrutar de uno de los mejores ambientes de la Ciudad Colonial. Eso sí, te recomendamos llegar antes de las 9:00 pm si quieres encontrar una mesa libre.

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Periodista y abogada. Tiene más de 15 años de experiencia profesional en medios locales e internacionales. Creadora de contenidos especializados en turismo.

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