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Los tesoros del Caribe expuestos en el MAR

En tiempos de la magnificencia española, en los albores de su expansión por tierras americanas, la corona dispuso la creación de diferentes almacenes que pudieran guardar con la seguridad y control necesarios, los productos de las actividades mercantiles entre las colonias y la metrópoli.

En República Dominicana la primera aduana y primera Casa de Contratación del Nuevo Mundo, fue almacén y centro de distribución de los productos europeos. Su construcción comenzó en 1509. Es un edificio, con columnas de piedras y paredes de ladrillo que, no solo representaba la bonanza de los acuerdos comerciales entre el viejo y el nuevo mundo, sino que marcaron el liderazgo de la isla, así como el linaje de los Welser de Augsburgo, a quienes los banqueros del emperador Carlos V, entregaron su administración.

Cinco siglos después, este edificio concebido como astillero y utilizado como almacén portuario de la Corona, junto al cual se construyó el primer barrio de América, se ha transformado para acoger un museo moderno que recupera parte del patrimonio cultural subacuático de República Dominicana y de su pasado histórico.

Tienen su lugar preponderante en el museo Las Atarazanas Reales (MAR), los tesoros que viajaban en la nao Santa María junto a Cristóbal Colón y su tripulación. También, se exhiben piezas rescatadas de navíos de guerra hundidos en las costas dominicanas en diferentes conflictos bélicos militares del siglo XIX.

Así, se pueden admirar los restos del primer naufragio europeo en aguas americanas, la Santa María de Colón, hundida frente a lo que hoy es el litoral marino de Haití. También, de la Flota de Nicolás de Ovando, del naufragio del Concepción cargado de monedas de plata y cerámica Ming. Los galeones Nuestra Señora de Guadalupe y Conde de Tolosa destrozados por un temporal en la bahía de Samaná con 400 toneladas de mercurio. Los barcos piratas del Capitán Kidd y de Bannister, y las naves de guerra francesas Scipión y Fiance, hundidas en combate; entre otros.

La colección está compuesta de más de  mil objetos, rescatados desde la década de los setenta, por la Oficina Nacional de Patrimonio Cultural Subacuático.

Su interior está dividido en nueve grandes espacios temáticos que resumen la navegación entre los siglos XV y XIX. El museo dispone de espacios para narrar historias navales, mostrar piezas de las colecciones y piezas audiovisuales realizadas con técnicas de animación 2D.

Además, el público puede interactuar a través de mapas con tecnologías multitouch donde se mezclan imágenes reales con satélite, para descubrir toda la información disponible sobre ellos. El Niño de la Bola, por ejemplo, es una pieza de marfil rescatada del galeón Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción, que representa una advocación de Jesucristo, mediante la figura de un Niño Jesús completamente desnudo y que porta en su mano izquierda una bola que simboliza el mundo. Para aquellos que quieren profundizar más sobre la historia de la navegación y su impacto en República Dominicana, pueden disfrutar de un documental de alrededor de 20 minutos que está incluido en el precio del museo.  Además, hay un espacio para la compra de souvenirs como gorras, paraguas y otros elementos alusivos a la navegación.

El museo con sus siglas MAR, ha contado con el apoyo del Programa de Fomento al Turismo Ciudad Colonial de Santo Domingo, el Ministerio de Turismo, el Ministerio de Cultura y el BID, para conformar un espacio museográfico único, en el que los visitantes pueden sumergirse en los testimonios de los objetos que pertenecieron a infortunados viajeros españoles, franceses, ingleses y holandeses que a lo largo de cinco siglos ofrendaron sus vidas a la aventura de la conquista de nuevas tierras allende los mares. Al final del recorrido se habla de la Arqueología Submarina, la metodología y la restauración y la conservación de los bienes procedentes del medio submarino.

Piezas sorprendentes hay muchas, como un juego oriental de pesas del siglo XVI con todas sus medidas dentro; una pulsera con el nombre de su dueña del naufragio del Tolosa; perrito de porcelana Ming único; joyas, perlas, diamantes y piedras preciosas; un reloj de pared Widmills con toda su maquinaria conservada; un baúl con monedas de contrabando; botellas de vidrio con el vino dentro; ánforas llenas de brea o el esqueleto completo de un marino aplastado por un cañón.

El MAR, cobijado por las antiguas murallas de la ciudad de Santo Domingo, constituye un escenario del encuentro entre dos mundos, y nos refiere la consolidación de la expansión global de la navegación oceánica. El programa de fomento al turismo de la Ciudad Colonial está dirigido y coordinado por la arquitecta Maribel Villalona. Otros museos que serán modernizados son: Museo de las Casas Reales, Alcázar de Diego Colón y Fortaleza de Santo Domingo.

Estos proyectos se están llevando a cabo en colaboración con el Ministerio de Cultura a través de su directora general de museos Ana María Conde. Los responsables en arqueología submarina son Juan López y Francis Senen. También colabora Isabel Brito en la restauración y conservación de materiales arqueológicos submarinos.

Horario

Abierto al público de martes a domingo de 9.00 am a 6.00 pm. Precios: Turistas adultos US$7 y niños US$4.  Dominicanos adultos RD$200 y niños RD$100.

About the Author /

Periodista y abogada. Tiene más de 15 años de experiencia profesional en medios locales e internacionales. Creadora de contenidos especializados en turismo.

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