Hotelería cubana alcanza nuevo estándar con su primer 5 estrellas
‘El Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana’ se convirtió en el primer establecimiento de lujo de cinco estrellas de Cuba, con el que el grupo hotelero alemán, con sede en Suiza, regresa a América, según ha anunciado Kempinski en un comunicado.
El portal Hosteltur reseña que el hotel, ubicado en La Habana Vieja y que abrió sus puertas a finales de mayo, cuenta con 246 habitaciones y suites, seis restaurantes y bares, spa y centro de bienestar, así como vistas panorámicas del centro histórico de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
“Hemos sido muy cuidadosos con la estrategia de expansión de nuestra marca y estamos convencidos de que estos son el momento y el mercado adecuados para Kempinski en América”, señala el grupo hotelero, según la publicación de Europa Press.
La inédita galería comercial será un reclamo para el turismo de alta gama que quiere atraer el país caribeño, que ha experimentado un “boom” de visitantes en coincidencia con el deshielo en las relaciones con EE.UU.
La cadena ha dicho que busca ofrecer un nuevo nivel de experiencia para el huésped en una ciudad que se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos urbanos. El establecimiento es el primero de su clase en este mercado en el que fijará además un nuevo estándar para todo el Caribe.
“Desde que fue declarada una de las nuevas siete maravillas del mundo, el turismo se ha disparado en La Habana. Creemos que el mercado está listo para un verdadero hotel de lujo”, señaló el director de operaciones de la compañía y director general del ‘Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana’, Xavier Destribats.
Tras el proceso de acercamiento con EE.UU., iniciado en diciembre de 2014, Cuba ha vivido momentos clave que han demostrado su gradual apertura al mundo, entre ellos el desfile de la casa de modas francesa Chanel, que escogió en mayo de 2016 al emblemático Paseo del Prado para su primer espectáculo en Latinoamérica.
En enero pasado la firma francesa Guerlain regresó a La Habana y abrió una tienda -donde además se venden fragancias de Dior, Givenchy, Hermés, Loewe e Issey Miyake- también en el Prado, que bien podría convertirse en la “Milla de Oro” de la isla.