Francisco Javier tiene razón
La Ciudad Colonial de Santo Domingo es el principal atractivo histórico y cultural del país y un área urbana de inmenso valor económico estratégico. Junto con la Habana Vieja, constituyen la principal herencia del Caribe de los tres siglos de dominación española.
Es la razón por la que la joya histórica y arquitectónica que constituyen la colección de edificaciones del Siglo XVI fue designada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia, y la Cultura. Esto no es una simple declaración vacua, sin significados, al estilo dominicano (Moca Ciudad Heroica, por ejemplo).
Es el reconocimiento y compromiso que hace el Gobierno ante la comunidad internacional de que nuestra Ciudad Colonial, además de ser una legítima herencia de nuestro pueblo, es un patrimonio de toda la humanidad, que nos comprometemos a preservar.
Esta es la razón que justifica la propuesta del Ministro de Turismo, Francisco Javier García, para que esta parte de nuestra capital, el Santo Domingo original fundado por Nicolás de Ovando, sea convertida en un área con estatus especial que permita cumplir a cabalidad el compromiso del país con su condición de Patrimonio de la Humanidad, y asegure que esta heredad cumpla el papel económico estratégico que tiene asignado.
Al igual que las anteriores administraciones de la capital dominicana, la actual alcaldía encabezada por Roberto Esmérito Salcedo Gavilán no ha mostrado capacidad ni vocación para asumir el compromiso que reclama la condición de la Ciudad Colonial como zona prioritaria de especial valor para el país y como herencia cultural de la humanidad. Por lo que no tiene calidad para cuestionar el cambio propuesto.
En mi caso, este planteamiento no es una novedad. A finales de los años noventa propuse la creación de la figura institucional urbana que llame “Distrito Turístico” para ser aplicada como a casos como el de la Ciudad Colonial. Sugiero considerar lo que propuso Frank Rainieri el año pasado en una conferencia sobre el tema.
Después de delinear el rol turístico que debe cumplir, advirtió que la actual manera de gestionar la Ciudad Colonial “puede constituirse en un grandioso obstáculo” para que esta cumpla su cometido; y afirmó que “la colección de instituciones que tiene funciones en la Ciudad Colonial crea una especie de carrera de obstáculo sin que sea garantía de que todo se hará bien”; y para que resolverlo propuso crear una figura institucional dirigida por “una especie de consejo en el que participen los residentes, asociaciones comerciales, el clúster turístico y las principales entidades públicas, y tenga una figura ejecutiva electa por concurso”.
Será la gobernación, el consejo y otra fórmula, pero estoy de acuerdo con el ministro en que lo actual no funciona.
Por Manuel Quiterio Cedeño