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EUA sigue sin controlar la pandemia y marcha lenta aplicación de vacunas

La lentitud es el denominador común de la respuesta a la COVID-19 en Estados Unidos, el país más afectado del mundo con más de 350 mil muertos y un promedio de 130 mil hospitalizaciones diarias. En Nueva York, por ejemplo, la vacunación inició esta semana y de 8 millones de habitantes en la ciudad sólo 110 mil personas han sido inmunizadas.

Un reporte del diario madrileño El País, hace notar que en Estados Unidos -el principal mercado para el turismo dominicano- más de dos tercios de los 15 millones de dosis de las vacunas de Pfizer y Moderna distribuidos en el país no han sido aún administrados. Mientras, ciudades como Los Ángeles bracean aún en la emergencia, prohibiendo a las ambulancias derivar a los hospitales a pacientes inviables por falta de camas y de personal médico, mientras los muertos se suceden a un ritmo de un deceso cada diez minutos.

En Nueva York, la demora en la administración del suero -cuya primera dosis se puso hace más de tres semanas- ha provocado la correspondiente tormenta política, con las autoridades federales, estatales y locales culpándose mutuamente de las deficiencias logísticas que han limitado la distribución de los viales a un cuarto del total de los recibidos hasta ahora en la ciudad (480.000). Solo 690 personas se habían puesto la preceptiva segunda dosis a última hora del lunes.

Las razones del retraso se deben, según funcionarios de los distintos niveles de la Administración, a reglas demasiado restrictivas sobre la idoneidad de los receptores prioritarios, hospitales sobrepasados por problemas de logística y un ritmo más lento de lo previsto en residencias de mayores, donde este lunes solo habían sido vacunados 11.000 internos, según el Ayuntamiento neoyorquino.

La pandemia no da tregua en Nueva York: el promedio de positividad de los últimos siete días de diciembre fue del 8,8%, aunque 49 distritos superaron el 10%. Por eso no es de extrañar que las colas para realizarse una PCR gratuita ante las unidades móviles de laboratorios privados, concertados con grandes hospitales como el Mount Sinai, proliferen de la mañana a la noche en una ciudad que fue la zona cero de la emergencia en la primera oleada, en primavera, y que ahora, cuando algunos barruntan la tercera, se desayuna a diario con noticias de contagios masivos, como el que ha afectado a un convento de Albany, la capital del Estado, con nueve religiosas muertas solo en diciembre.

Un panorama inquietante al que se añade el primer caso confirmado en el Estado de la variante más contagiosa del virus detectada en el Reino Unido, el de un hombre de unos 60 años que se recupera favorablemente, pero cuyo contagio revela, según el gobernador del Estado, Andrew Cuomo, la transmisión comunitaria. “[La cepa británica] está más extendida de lo que creemos”, ha dicho Cuomo.

Para acelerar la inmunización, la ciudad ha abierto este martes los dos primeros de un centenar largo de centros de vacunación efímeros, habilitados en consultas, centros de salud y ambulatorios y que, teóricamente, aliviarán la presión sobre los hospitales que hasta ahora administraban el suero. Se prevé que a finales de enero operen 125 de estos centros, es decir, el doble de los que la dispensaban hasta ahora.

El parón en el proceso de vacunación por las navidades ha complicado las previsiones de las autoridades sanitarias, que consideran que a este ritmo harán falta más de cuatro años para inmunizar a todos los habitantes de la ciudad, según apuntaba el diario The New York Times el pasado martes. A los centros recién habilitados pueden sumarse en breve cinco más abiertos las 24 horas al día, con el objetivo de administrar 100.000 dosis a la semana, ha anunciado este martes el alcalde, Bill de Blasio.

Si tal es la situación en Nueva York, esa burbuja tan poco representativa de la América profunda, en las zonas con mayor incidencia del virus, como Colorado o California, que precedieron a Nueva York en el registro de contagios por la cepa británica, la crisis sanitaria hace tiempo que está desarbolada.

California, el Estado más densamente poblado del país, con 40 millones de habitantes, registró el lunes 72,911 casos de covid-19, récord absoluto desde el inicio de la emergencia. Los últimos días las ambulancias han tenido que esperar horas para descargar a los pacientes que trasladaban, saturando también la respuesta de los equipos de emergencias. Este martes el país contabilizaba 20,8 millones de casos de coronavirus, así como 355.000 muertes y una cifra récord de 129.000 hospitalizaciones.

EEUU es el principal país emisor de turistas a la República Dominicana y en 2019 llegaron 2,030,257 estadounidenses por vía aérea al país. E

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