Ecología y fantasía brillan en el carnaval de Cotuí
Por Liliana Cepeda De León (liliana.cepeda911@gmail.com)
Fotografías: Amada Herrera
La escasez de recursos no es un límite para que el pueblo de Cotuí eche a volar su imaginación y cada febrero se esmere con un derroche de creatividad, color y energía, al presentar en sus calles, brillantes grupos y comparsas carnavalescas.
El municipio cabecera de Sánchez Ramírez, es dueño de uno de los carnavales más antiguos y representativos del país, caracterizado por vistosas agrupaciones que apuestan por la fantasía, el reciclaje y el rescate de los elementos de la naturaleza.
La Jima y La Mamá, los Camaleones, los Faraones, los Monaguillos, las Monjas, los Pintaos de la Calle, los Erizos, los Pingüinos, los Payasos de Colcha, los Búfalos, las Damiselas, así como los famosos Platanuses de Jesús María, los Papeluses y los Funduses, forman parte de la diversidad de comparsas, que desfilaron en el cierre del carnaval cotuisano, organizado por el Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia Sánchez Ramírez.
Reciclaje
En esta cita con la cultura, que coincide con la celebración de la Independencia Nacional, el 27 de febrero, uno de los detalles más atractivos es el reúso de materiales como el papel en múltiples presentaciones de forma y color, además de la incorporación de elementos de la naturaleza, para la confección de los disfraces y caretas, que, en lugar de desechar, se convierten en originales piezas de arte ecológico.
Por ejemplo, las hojas secas de la planta de plátano y el higüero, son el disfraz y la careta de Los Platanuses; el papel periódico sirve para dar vida a los Papeluses; el papel de regalo, forma el vestido de las Damiselas; y en una versión más reciente, las fundas plásticas son utilizadas para el traje de los Funduses.
Así, año tras año, agregan otros elementos y detalles en sus disfraces, maquillajes y caretas, como, por ejemplo, ramas de plantas de cacao, botellas plásticas, vainas, plumas, entre otros, creando personajes innovadores, lo que hace que el carnaval cotuisano muestre una versión actualizada en cada entrega.
Una tradición familiar
Una delegación de la Asociación Dominicana de Prensa Turística (ADOMPRETUR), tuvo la oportunidad de conocer los pormenores de la historia del carnaval de Cotuí, importantísima tradición cultural dominicana, que se remonta a la época colonial y es considerado como uno de los carnavales en los que el pueblo tiene mayor participación en el proceso de selección y preparación de los personajes y comparsas.
Frank Sánchez, presidente del Consejo de Desarrollo Ecoturístico de la Provincia Sánchez Ramírez, resalta que la intención de esta entidad es “dar a conocer el acervo cultural que se relaciona con el carnaval de Cotuí, un carnaval diferente y diverso, en donde los elementos naturales en combinación con la fantasía del color, le da un toque mágico a esta celebración”.
Asimismo, es una tradición que va de generación en generación, llena de orgullo y une a las familias con entusiasmo y alegría, quienes se esfuerzan para participar y dar lo mejor de sí en cada puesta en escena. Éste es el caso de Yamaira Estévez, hija de Juan Francisco Estévez, mejor conocido como Jesús María, quien fue el creador de la icónica comparsa Los Platanuses.
“Afortunadamente, el carnaval ha recuperado su auge, las personas se interesan cada vez más y ven la importancia que tiene hacia la cultura y para fomentar los valores en la juventud”, expresa Estévez.
Exposición de la historia
En el Casino Juan Sánchez Ramírez, donde se realizaba la gala del carnaval a inicios de los años 50, hoy día se presenta una exposición con todos los personajes que componen el carnaval cotuisano, donde se explican los detalles de la historia y evolución de cada uno.
Dentro de estas agrupaciones también está la famosa comparsa de Las Damiselas, integrada por damas elegantemente vestidas con atuendos, tocados y antifaces coloridos, pioneras de la representación femenina en la fiesta carnavalesca cotuisana, desde hace 25 años.
“Con nosotras comienza la fantasía como grupo, pues no existía. Es la impronta que hemos dejado en nuestro carnaval”, explican Eugenia Torres y Marcia Amparo, fundadoras de Las Damiselas de Cotuí.