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Cultura y UNESCO ofrecen curso sobre conservación de la arqueología subacuática

El Ministerio de Cultura y la UNESCO, en colaboración con el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de España, iniciaron el curso “Introducción a la conservación de la arqueología subacuática: preservación de materiales del patrimonio cultural sumergido”.

La actividad formativa, que se desarrollará hasta el viernes 6 de diciembre, está dirigida al personal de la Red Nacional de Museos de la República Dominicana, y a profesionales y estudiantes que trabajan en las áreas de arqueología, conservación, museología y gestión del patrimonio.

El curso se ofrece en la Casa de los Jesuitas, y tiene la finalidad de introducir a los participantes en los principios fundamentales de la conservación del patrimonio arqueológico subacuático, con un enfoque especial en materiales sumergidos.

La apertura estuvo encabezada por Gamal Michelén, viceministro de Patrimonio Cultural, quien estuvo acompañado por Antonio Pérez-Hernández y Torra, embajador de España, y Francisco Gómez Durán, especialista de Cultura de la Oficina Regional de la UNESCO en la Habana, Cuba.

Michelén destacó que la conservación de este patrimonio es esencial para garantizar su preservación para las generaciones futuras, por lo que es vital reconocer la necesidad de fortalecer las capacidades en materia de conservación y gestión de materiales arqueológicos subacuáticos.

Como instructoras participan las especialistas en conservación del patrimonio subacuático Milagros Buendía Ortuño, María Cristina Guerrero y Rocío Castillo Belinchón. 

El patrimonio cultural subacuático representa un vínculo significativo e irremplazable con nuestro pasado, e incluye artefactos sumergidos, naufragios y sitios antiguos que proporcionan una visión única de la historia humana.

Desde hace más de 20 años, la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático proporciona un marco de referencia que promueve la salvaguarda e investigación científica de los recursos sumergidos en beneficio de la humanidad.

Hasta mediados de 2024, la Convención había sido ratificada por 76 países, de los cuales 21 corresponden a la región de América Latina y el Caribe, y cuenta con el apoyo de una amplia red de socios, entre los que figuran universidades, centros de investigación y ONG.

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