Cuidar nuestro sol y playa
Los medios de comunicación bajo mi dirección ocupan un lugar privilegiado en la lista de los que más espacio asignan a temas de turismo sustentable, opciones ecológicas, turismo comunitario (el otro turismo) y asuntos relacionados. Actúo convencido de que esto es importante para fortalecer nuestra oferta turística, favorece la presencia de la micro y pequeña empresa, y estimula la participación de las comunidades en el sector.
Sin embargo, disiento de quienes proponen este segmento como el modelo de desarrollo y fórmula para sustituir el turismo de sol y playa y la modalidad “todo incluido” que consideran negativa a pesar de que es dominante en nuestro país y en todo el Caribe, y crece en Europa, África, Centroamérica y Suramérica, e incluso está presente en Estados Unidos.
Es cierto que una proporción importante de nuestro territorio ha sido declarada área protegida y estos recursos naturales superan al resto de las islas caribeñas, pero también es cierto que sol y playa son nuestros principales atributos turísticos, y el Caribe se vende por esto, y no por el exotismo de su cultura, su rica herencia histórica, ciudades encantadoras, impactantes recursos naturales, paisajes montañosos, riqueza gastronómica u otros atributos por el estilo. Además, ¿cuántos recursos dedica el Estado a que esas áreas estén realmente protegidas?
“República Dominicana lo tiene todo” es una frase quizás válida como recurso publicitario, pero no más.
Lo que sí tenemos son muchas y buenas playas y mucho sol todo el año. Aventajamos en cantidad y variedad los recursos naturales y culturales a las demás islas del Caribe o de otras regiones de clima tropical, pero no tanto como para sugerir que estas características puedan sustituir nuestra oferta de sol y playa.
Sí es muy merecida la crítica por el pobrísimo aprovechamiento de estos recursos culturales y sociales para enriquecer nuestro actual producto turístico.
Para entender esto, señalo que el año pasado el 38.6% de los visitantes declaró que la calidad de las playas fue la principal razón para vacacionar aquí y el 15.6% dijo que el clima. Es decir, que el 54.2% vino por sol y playa.
El tercer motivo fue la actitud hospitalaria de nuestra gente (11.1%), el cuarto los precios “razonables” (8.9%) y el quinto la tranquilidad (5.2%). Tras la riqueza natural llegó el 1.9%, por la historia 0.7% y la vida nocturna 0.7%.
Estas son razones para sumarme al reciente señalamiento de Arturo Villanueva, vicepresidente de Asonahores, de que podemos hablar proponerlo todo, pero hoy lo verdaderamente importante es cuidar las playas, algo que no siempre hacemos.
El otro turismo florecerá, si ese que se cuestiona sigue asegurando la existencia de cientos de vuelos semanales de todas partes del mundo.
Para entender esto, señalo que el año pasado el 38.6% de los visitantes declaró que la calidad de las playas fue la principal razón para vacacionar aquí y el 15.6% dijo que el clima. Es decir, que el 54.2% vino por sol y playa.
Por Quiterio Cedeño