Costa Cruceros pagará un millón de euros por el naufragio del Costa Concordia
Costa Crociere, matriz de Costa Cruceros, tendrá que pagar una multa de un millón de euros por el naufragio del buque Costa Concordia ocurrido en enero del año 2012, según ha informado el periódico italiano ‘La Stampa’, a raíz del acuerdo alcanzado entre la fiscalía y la compañía naviera.
La juez que instruye las investigaciones preliminares del naufragio en aguas de la isla italiana del Giglio, Valeria Montesarchio, ha determinado que Costa deberá pagar una sanción de un millón de euros por los cargos penales, tras la negociación mantenida, debido a las consecuencias del naufragio.
Tras la decisión tomada en el tribunal de Grosseto, el abogado de la compañía de cruceros, Marco De Luca, ha defendido que la multa impuesta es “la solución más razonable y equilibrada respecto lo que sucedió”.
De esta forma, la naviera responderá con esta sanción por la responsabilidad de las actuaciones de sus empleados, por lo que no se enfrentará a un juicio penal en Italia, si bien podrían prosperar demandas civiles.
“Nos constituiremos como parte civil en el proceso y reclamaremos una indemnización por la pérdida de la nave”, ha anunciado De Luca al periódico ‘Corriere Fiorentino’, cuya audiencia preliminar se iniciará el 15 de abril.
El capitán de la nave, Francesco Schettino, es por ahora el único acusado de homicidio involuntario, por abandonar el barco y podría enfrentarse hasta 20 años de cárcel.
Schettino ha solicitado a los jueces la recuperación de sus bienes, bloqueados durante el proceso, a la espera de que se realicen los pagos judiciales y las diferentes multas.
Junto con el primer oficial, también se encuentran acusados otros cinco miembros de la tripulación y tres miembros de la unidad de crisis creada por Costa tras el accidente.
El naufragio del crucero Costa Concordia, que transportaba a más de 4.000 pasajeros y tripulantes a bordo, tuvo lugar el pasado 13 de enero de 2012 tras chocar contra una roca frente a las costas de la Isla del Giglio, en la región italiana de Toscana, en el que perdieron la vida 32 personas, entre ellas un español, y 64 más resultaron heridas.
En una primera instancia la compañía consideró como responsable al capitán el barco, Francesco Schettino, por haber elegido una ruta no autorizada y haber abandonado del barco.