Putin se apodera de más 500 aviones comerciales alquilados valorados en más US$10 mil millones
El dictador Vladimir Putin contraatacó las sanciones económicas impuestas por occidente por la invasión a Ucrania, con una nueva ley que obligaría a registrar en Rusia los certificados de aeronavegabilidad de unas 515 aeronaves comerciales, valoradas en más de US$10,000 millones de dólares, arrendadas a diversas compañías.
La nueva ley del Kremlin se aprueba después que Bermuda e Irlanda, donde están registrados la mayoría de los aviones arrendados en el extranjero que operan en Rusia, advirtieran que suspenderían los certificados de aeronavegabilidad de los mismos.
Con la nueva ley -dice una publicación de la BBC Mundo- Putin busca evitar que las compañías arrendatarias recuperen el 75% de los aviones utilizados por las aerolíneas rusas, y dejen vacio el espacio aéreo de Rusia.
De acuerdo con datos oficiales –explica BBC- Rusia solo es propietaria del 25% de la flota de aeronaves que intervienen en la navegación comercial aérea.
La decisión se produce después que diversas compañías arrendatarias de aeronaves pudieran la devolución de las mismas para cumplir con las sanciones impuesta por occidente, tras la invasión a Ucrania por fuerzas militares de Rusia.
“Con esta medida Putin quiere impedir que las empresas extranjeras recuperen los aviones arrendados, y permitiría que los jets extranjeros se registran en Rusia para garantizar el funcionamiento ininterrumpido de las actividades rusas en el campo de la aviación civil”, explica la BBC.
Para contrarrestar la suspensión de los certificados de aeronavegabilidad, Rusia pretende llevar la certificación de seguridad dentro de las fronteras del país, para continua la operación de las naves aunque solo podría volarlos en rutas nacionales o hacia países aliados.
Desde el pasado 24 de febrero, cuando inicio la invasión a Ucrania las empresas de occidente han rescindido contratos de arrendamientos y pidiendo la devolución de las aeronaves.
Cierran espacio aéreo a naves rusas
Desde la invasión de Ucrania el 24 de febrero, las empresas occidentales han estado rescindiendo contratos de arrendamiento y pidiendo la devolución de sus aviones.
La mayoría de las rutas aéreas internacionales fuera de Rusia, señala BBC Mundo, están detenidas, debido a que diversos países, entre ellos Estados Unidos y de la Unión Europea, cerraran su espacio aéreo a aviones rusos.
Ahora, la jugada de Putin, tiene profundos cuestionamientos entre expertos de la aviación civil internacional, y ha generado dudas entre las aerolíneas de la propia Rusia..
“Esperamos que se evite registrar estos aviones en Rusia; queremos devolverlos a las compañías de arrendamiento”, le dijo a Reuters una fuente de una de las aerolíneas.
“Si se registra en Rusia la aerolínea se convertiría en un cómplice, pues la nueva ley proporciona una forma de registrarse en Rusia, pero no obliga a la aerolínea a hacerlo… sería primer paso para el secuestro de los aviones”, agregó.
El gobierno ruso ha insistido en que necesita aplicar “medidas especiales” ante las sanciones de Occidente que Putin ha descrito como “similares a una declaración de guerra”.
Cientos de aviones de propiedad extranjera permanecen en Rusia, y para cumplir con las sanciones, las empresas de arrendamiento están tratando de recuperarlos. Pero eso parece muy poco probable.
Si Rusia se aferra a estos aviones, que en conjunto valen miles de millones de dólares, estos podrán seguir volando, al menos en Rusia y en un puñado de ex repúblicas soviéticas.
Pero una cosa es robar aviones y otra muy distinta mantenerlos en funcionamiento durante un período de tiempo prolongado.
Airbus y Boeing no pueden suministrarles piezas de repuesto, por lo que cuando sea necesario reemplazar algo, deberá tomarse de otro avión o ser fabricado por un tercero.
Serias implicaciones de seguridad
También hará que sea prácticamente imposible asegurar esos aviones fuera de Rusia, y las tareas de servicio también son una preocupación ya que muchas aeronaves se trasladan a otros lugares para su mantenimiento, para cuando termine la crisis, Rusia tendrá que pagar una enorme factura.
Si los aviones no reciben el mantenimiento adecuado, su valor se desplomará. Entonces, incluso si los arrendadores los recuperan, exigirán una compensación.
La aviación es un negocio internacional y hay que respetar las reglas.
Rusia podría decidir burlarse del resto del mundo ahora. Pero algún día querrá volver a unirse al club, y las condiciones entonces podrían ser muy duras.