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El caso de la estudiante india desaparecida

La desaparición de una joven originaria de la India residente en los Estados Unidos, ha provocado un alud de información y despertado el interés de medios estadounidenses. Las autoridades y entidades de socorro han desplegado un amplio operativo para ubicar su cuerpo porque se supone que murió en la madrugada del sábado.

Ninguna gestión para aclarar el suceso sobra. Está en juego la imagen de República Dominicana como destino turístico y el impacto negativo de la promoción del caso. Recuerdo un incidente ocurrido en el 2019. En la primavera de ese año una pareja norteamericana vino a un hotel de Punta Cana. Una noche la señora salió de la habitación con la excusa a buscar comida.

Se dilató en regresar. La encontraron en el piso del local de la planta de emergencia. Alegó que fue atacada por un desconocido, pero no tenía golpes, su cartera estaba a su lado y en ella su teléfono, dinero y otras pertenencias.

Fue atendida en un hospital, interrogada por las autoridades, se interrogó  y revisó a  todo el personal de hotel de servicio esa noche. Ninguna señal sospechosa se encontró. Días después la pareja regresó a su país, pero en vuelos diferentes. La señora, experta en seguros, no hizo ninguna denuncia hasta que la compañía de seguro del hotel le negó su reclamación de compensación económica, habían pasado muchos meses. Entonces llevó el caso a la prensa de Estados Unidos. Creó un escándalo.

Por coincidencia un turistas que vino al país en el momento en que comenzó a circular la información, confrontó problemas en otro hotel. Se le achacó a la mala calidad del ron que se le sirvió, después se demostró que tenía problemas cardiovasculares y los exámenes realizados en Estados Unidos demostraron que su situación no tenía nada que ver con la bebida ingerida.

Esos temas duraron varias semanas en los medios estadounidenses, suficiente para que circularan 22 millones de mensajes negativos para República Dominicana en redes sociales. A eso se sumó la penosa actuación de los voceros del país en Estados Unidos.

El resultado: en el período septiembre-diciembre del 2019 se fue al piso la llegada de turistas desde los Estados Unidos y Canadá. Bajamos de 3.1 millones de turistas de América del Norte en el 2018 a 2.9 millones en el 2019. Perdimos 261,141 turistas. Estos temas de crisis deben ser manejados con profesionalismo, tacto y  cuidado.

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