Mirando la otra cara del turismo
En estos días en que se habla de la importancia del turismo en la economía con frecuencia me encuentro con periodistas, empresarios, políticos funcionarios y gente común, que aún consideran que turismo=hoteles, y en consecuencia el respaldo estatal al turismo significa apoyar a los empresarios hoteleros.
En la década de los 90, diseñando una campaña de comunicación para tender puentes para acercar la actividad turística a la sociedad, escogí la frase: “el turismo somos todos”. El objetivo era explicar el carácter transversal de la industria turística por la amplitud de sus vínculos con todos los sectores productivos.
Casi tres décadas después no es tema de debate la importancia del turismo para la economía, pero algunos ángulos importantes de su amplia presencia son poco conocidos. Apoyar al turismo es muchísimo más que darle la mano a las grandes empresas, porque los más beneficiados, porque los que no sobrevivirían a la quiebra del sector, son miles de micro, pequeños y medianos empresarios (unidades productivas que tiene de uno hasta 50 empleados).
Un estudio publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MIC) en el 2018 corrió las cortinas para permitir a la sociedad echar una ojeada a este interesante segmento de la economía turística. Usando el Registro Nacional de Establecimientos, un equipo de expertos encontró más de 185 mil unidades productivas que califican como mipymes que “realizan actividades económicas vinculadas al sector turismo”; con alta presencia en las regiones turísticas más importantes, como Puerto Plata (6,227), La Romana (5,772) y La Altagracia (4,834).
Otros de los impactantes hallazgos de este informe es que las 185,479 mipymes están distribuidas en todo el territorio nacional. Por ejemplo, en provincias muy alejadas del mundo turístico local como Elías Piña ( 618), Dajabón (1,928), Independencia (618), Bahoruco (1,279), Pedernales (680), Santiago Rodríguez (959), San José de Ocoa (930) y Salcedo (1,442).
Muestra además, el impacto del turismo por vía de las mipymes, en provincias de alto grado de desarrollo industrial y agrícola: Santo Domingo (45,679), Distrito Nacional (24,400), Santiago (24,169), San Cristóbal (9,2454), La Vega (6,122), Duarte (3,785), San Juan (3,766), Azua (3,233), Monte Plata (3,197), Barahona (3,171) y Valverde (2,982).
El estudio del MIC muestra también “que las mipymes de zonas turísticas se caracterizan por tener estructuras productivas más fuertes que las mipymes a escala general, tanto en infraestructura, inversión y tamaño. Esto repercute en un nivel de ingresos superior al del promedio del resto de las unidades productivas e incluso de los empleos formales dentro del sector”.
Es muy alta, dice el, MIC, la cantidad de “unidades productivas que se dedican exclusivamente a apoyar el sector turismo. Asimismo, se observa un gran número de unidades productivas que podrían ser parte de los suplidores de este importante sector, tanto en materia agropecuaria, industrial, de comercialización y con servicios de apoyo”. Es decir, que no es sólo se trata de las 185 mil mipymes ya vinculadas al turismo, sino que un debilitamiento de este sector frustraría la oportunidad de muchas más.
Los hoteles y otras grandes empresas son la parte más visible del turismo y con o sin ellas sus propietarios seguirán con sus vidas. Darle oxígeno al turismo es tenderle la mano a los 1.3 millones de dominicanos que viven de empresas que necesitan que el turismo funcione. Así es este sector y por eso creo en la frase “EL TURISMO SOMOS TODOS, hoy más que hace 25 años cuando la escribí por primera vez.