No olvidemos la amenaza del sargazo
Manuel Quiterio Cedeño
Casi siempre las peores situaciones dejan enseñanzas o aspectos positivos. La difícil situación para el producto turístico dominicano en Estados Unidos y Canadá que se ha registrado durante casi todo el mes de junio nos deja un componente positivo. En este caso, hemos visto como grupos, sectores y voceros generalmente ausentes, han reconocido la importancia de este sector y reclamado la necesidad de defenderlo.
Desde la comunicación un momento se califica como crítico, cuando uno o más acontecimientos imprevistos ponen en riesgo la buena reputación de una persona, institución, producto o país. Visto así, estamos en un momento crítico. La posición de nuestra más importante industria, el turismo, es erosionada en su principal mercado: Estados Unidos + Canadá (Norteamérica), países emisores que representaron en el 2018 el 58% de las llegadas de visitantes internacionales (2.3 millones de estadounidenses y 904 mil canadienses). Alguien recomendó no hablar de crisis, pero reconozcamos que el escándalo mediático nos ha colocado ante la situación más difícil vista para el turismo motivada por factores internos.
Factores externos nos han perjudicado. El ataque a las torres gemelas en el 2001 en Nueva York y el malestar internacional provocado, impactó negativamente en las llegadas de turistas, ese mismo año y en 2002. Volvimos a crecer en el 2003.
La teoría y la experiencia dicen que el potencial de crisis es directamente proporcional a la intensidad de los factores que puede provocarla. Aplicado al turismo, en la medida que crece la llegada y se expande el sector, aumenta la posibilidad de enfrentar momentos críticos. Por lo tanto, la teoría y la experiencia dictan que como no todo lo que puede ocurrir es controlable, lo importante es estar listos por si algo pasa. Lo que vivimos desde el pasado jueves 6 de junio es el caso.
Es necesario mantener el radar encendido. Por ejemplo, el turismo caribeño, y principalmente el mejicano, está amenazado por lo que la historia registrará en su momento como la “crisis del sargazo”. La diferencia es que esta es previsible. La pregunta es si estamos listos.
Ayer un importante diario digital turístico reportó que la “Red de Monitoreo de Sargazo de Cancún ha emitido un informe en el que ha indicado que una enorme mancha de sargazo del tamaño de la isla de Jamaica se dirige hacia el Caribe mexicano. El alga flotante tiene una dimensión de unos 550 kilómetros de diámetro aproximado y se encuentra a 1000 km de distancia de las costas de Quintana Roo”.
“Una importante acumulación de sargazo se ha estado concentrando durante las últimas dos semanas al oeste de la isla caribeña de Jamaica, ha manifestado la red en Facebook. Debido a las corrientes dominantes y a la dirección de los vientos del Sur Sureste, se espera que llegue a las costas de México durante la próxima semana”.
“La red ha pronosticado recales de sargazo de mediana a alta intensidad en prácticamente toda la costa de Quintana Roo, afectando principalmente a la región centro y sur del estado, que afectará principalmente la línea litoral de los 260 kilómetros. Este año llegarán a la zona entre 800 mil y un millón de toneladas de esta alga, una cantidad que quintuplica las 170 mil toneladas que llegaron en 2018”.
Cuando nos llegó el escándalo mediático en Estados Unidos, se iniciaba un proceso de concertación para manejar la invasión del sargazo. Ojalá que este ataque no nos haga olvidar que el sargazo nos amenaza. ¡Entonces sí!