Casa Colonial y Punta Cana, signos de fe en el turismo
El turismo es la industria fundamental para la economía dominicana y sus signos y signos indican que estamos ante un fortalecimiento de sus proyecciones.
Esta es la industria nacional en que se basa nuestro crecimiento. No es un asunto de gobiernos o funcionarios de turno. El turismo trasciende todo lo circunstancial y requiere de tener el carácter de la fe en el destino nacional.
Las cifras y estadísticas apuntan a un acercamiento real a la meta de diez turistas por año Para 2015 llegamos a los seis millones de turistas, un paso de avance respecto del 2014 cuanto tuvimos 5, 141,377 pasajeros no residentes, de los cuales 4, 464,643 fueron extranjeros y 676,734 dominicanos, lo que fue también y a su vez un crecimiento de 451,607 visitantes adicionales respecto al 2013.
El pasado mes de diciembre, el país recibió 429,494 extranjeros no residentes, para un crecimiento de 6.9%, lo que en términos absolutos representó 27,651 turistas adicionales en relación a diciembre de 2013.
La gestión del actual incumbente, el licenciado Francisco Javier García, ha sido exitosa por la capacidad gerencial del equipo que encabeza y la certeza que marca sus iniciativas y estrategias: promoción del país en el exterior, la política para fomentar las inversiones, la habilidad para entablar positivas relaciones con los diversos actores de la industria, a lo que se agrega su actitud para el desarrollo de destinos nuevos, como esperado mejor futuro de la zona del Suroeste (Barahona y Pedernales), que tiene cercanas las posibilidades de su despegue.
Igual debe reconocérsele su respaldo a los empeños para recuperar a Puerto Plata, zona que se ha visto impulsada por la construcción y funcionamiento de su terminal de cruceros de Maimón, la fortaleza y excelencia de sus hoteles (de las cuales ocupa un liderazgo su hotel boutique de alta gama y (cinco estrellas) Casa Colonial, primero de ese nivel y de capital familiar puertoplateño, – y cuya foto ilustra este editorial- , la actitud de sus hoteleros (que acaban de renovar exitosamente la directiva de su Asociación de Hoteles de la Zona Norte, Asonorte).
Al impulso del turismo, se agrega el milagro empresarial de los actores del destino del Este (Punta Cana, Bávaro,) y en particular de los que impulsaron a Punta Cana, creyendo que era posible cuando aquello era montes y zonas de abandono humano.
Los Rainieri y Jack Keel (el abogado norteamericano que se unió como socio al empeño), y que ha dado como resultado un sorprendente desarrollo turístico a partir de la voluntad inquebrantable por una actitud de fe en el esfuerzo propio en una industria requerida de esa actitud, que más que empresarial, es humana.
La positiva gestión de Francisco Javier García, hay que agregar:
El papel de los medios de comunicación, por medio de su Asociación Dominicana de Prensa Turística (Adompretur).
La actitud de los hoteleros criollos que han desarrollado nuevos proyectos y fortalecido los existentes, en un ejemplo de creatividad empresarial y de fe en el país.
Las nuevas inversiones internacionales anunciadas para Santo Domingo y los destinos tradicionales y las perspectivas en los emergentes.
El turismo es una industria extraña: se basa en la fe, postura a la que se agregan capital, trabajo y actitud de sus actores. El resto es el éxito… si se ha creído lo suficiente y se ha activado los resortes precisos. Tal es nuestro caso.
Por José Rafael Sosa