Industriales de Santiago ven panorama sombrío para 2009
El año 2009 se presenta con una fuerte percepción de pesimismo, por la incertidumbre que embarga a los sectores productivos ante una acentuada disminución de las actividades de negocios en todas sus variables.
Así lo establece un estudio preparado por la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS), el cual arroja proyecciones pesimistas para el próximo año, en cuyos temores influye la consecuente contracción financiera resultado de la merma que existe ahora en los negocios.
Luis Alexis Núñez, presidente de la ACIS, precisó que la disminución de las remesas constituye uno de los efectos negativos imposible ya de soslayar.
Explicó que a eso se unen las dificultades que están padeciendo la agroindustria y las zonas francas, sectores insignia de la región Norte del país, por virtud de consecuencia el ciclo económico de las actividades comerciales y de negocios está siendo seriamente lesionado.
La agrupación empresarial, en una declaración, refiere que en el marco de la crisis que registran las actividades económicas del país sensibles a los efectos negativos de la debacle financiera internacional las perspectivas de la economía nacional para el año 2009 serán cada vez menos prometedoras si las autoridades oficiales continúan posponiendo la adopción de una agenda coherente y racional para encarar los desafíos fiscales y monetarios, que implique sacrificios y concesiones de todos los actores sociales así como un compromiso real en materia de gestión del gasto público en aras de limitar su expansión.
A propósito de la evaluación del 2008 y análisis sobre las perspectivas del 2009 realizada por la ACIS el presidente de esa entidad, declaró que dicho instrumento de valoración arrojó proyecciones pesimistas y de preocupación de parte de los sectores productivos consultados.
Núñez dijo que aunque el anuncio sobre la firma de un acuerdo de monitoreo con el FMI y la ratificación oficial de que no se producirá una reforma tributaria son relevantes, porque envían señales positivas a los agentes económicos, no son suficientes para incrementar el nivel de confianza y expectativas de esperanza de la población de que habrá mejoría en el futuro inmediato. (EC-1,16/DL-12).