Las hermosas playas no son suficientes, según estudio de competitividad del Caribe
Las islas caribeñas están atrayendo a más de 20 millones de turistas internacionales cada año, pero desde el interior de la industria afloran preocupaciones sobre la competitividad de la región frente a rivales del mundo como los destinos del Océano Índico, el Mediterráneo, Asia-Pacífico, Latinoamérica y los Emiratos Árabes Unidos.
Basándose en su propio estudio internacional de evaluación comparativa TRAVELSAT Competitive Index, TCI Research ha estudiado las fortalezas y debilidades del Caribe frente a la competencia.
Más allá de la belleza de sus playas y de la diversidad que alaban los visitantes, las islas del Caribe se benefician de otras virtudes como la hospitalidad de las comunidades locales, las opciones de entretenimiento y la vida nocturna, la calidad de la comida local y la experiencia de compras.
Sin embargo, las intenciones de recomendar y repetir visitas al destino permanecen bajas en la región, con una media de 15 puntos por debajo de la competencia. Esa brecha es alimentada por una serie de debilidades competitivas relacionadas con criterios menos palpables pero que son claves, como el sentimiento de seguridad, la limpieza o la urbanización del desarrollo, indican los resultados de la encuesta de TCI Research.
Para Olivier Henry-Biabaud, CEO de la firma, “además de temas centrales como la conectividad, el costo de llegar a los destinos y las visas, la competencia entre destinos de sol y playa radica en un asunto de consistencia en la calidad percibida durante el conjunto de la estancia del turista, que puede generar una promoción de boca en boca negativa o positiva”.
Según el experto, la multifacética región caribeña está conformada por destinos diversos que afrontan retos diferentes en el turismo y ofrece a sus visitantes una experiencia competitiva en elementos tangibles como las playas, el alojamiento o la comida.
“Sin embargo, algunos de esos destinos adolecen de falta de competitividad en elementos menos tangibles como el medio ambiente, el sentimiento de seguridad, la hospitalidad de la gente, lo cual plantea problemas que deben afrontar si desean desarrollar un turismo más competitivo y sostenible, tanto para atraer a los mercados de Europa como a los BRIC”, advirtió.